sábado, 3 de septiembre de 2011

Capítulo 113: el salto del tigre.


(Narra Justin)
Naira no decía nada, tenía ganas de ir allí y decirle algo, pero mis pies se quedaron clavados en el suelo, entonces ella se movió.
-¡Vamos a verlo!-exclamó llena de alegría, me miró y yo intenté sacarle mi mejor sonrisa, pero creo que me salió una cara rara.
-No puedes ir ahora Naira.. .-masculló su madre y Naira se giró.
-¿Y.. por que no?-preguntó son un hilo de voz, los dos miramos a su madre con intriga, como en las películas de acción.
-¡Por que se ha acabado el horario de las visitas Naira! te estuve llamando toda la tarde pero al parecer estabas muy ocupada.
Si fueras lo bastante responsable..-Naira la interrumpió.
-¡A mi eso me da igual! además yo no vivo pegada al teléfono como tú, ¡acaba de despertar de un coma! ¿yo que sabía?
-No Naira, no vas a ir a ningún sitio, es muy tarde, podría estar durmiendo, ¿Vez? eso te sirve como escarmiento.
-¿Durmiendo? ¡vamos lleva 7 meses durmiendo!- bufó Naira y comenzó a ponerse nerviosa, la podía ver desde donde estaba.
-Te he dicho que no vas a ir.
-Pues iré, y esperaré hasta que se despierte.
-¡Si no hubieras estado por ahí, tal vez podrías haberlo visto hoy, pero como..-Naira la volvió a interrumpir y yo me sentía como un punto neutral, miraba la escena desde un lado de el pasillo.
-¡Déjame en paz! ¿Te crees que yo no tengo vida a parte de estar en un hospital? ¡sí tu no la tienes no es mi problema! ademas ¿que te importa a ti cuando lo vea? si tu vives pegada al teléfono... ¡nada de esto es mi culpa así que déjame en paz!-exclamó bastante nerviosa, su madre iba a ponerse a gritar en cuestión de segundos pero yo me acerqué y pasé mi mano por la cintura de Naira, intentando que se relajara, ella ni si quiera miró hacía mi, pero pude ver como cerraba los ojos y suspiraba, solo quería tranquilizarla, y que no se sintiera como se sentía ahora.
-Entra en la habitación ahora mismo, quiero hablar contigo-masculló su madre dirigiéndose a la habitación, yo la giré para encontrarme con su mirada, tapó su cara con las manos como si fuera a llorar, yo se las aparté dulcemente mientras la obligaba a mirarme, su madre estaba delante, así que tampoco podía hacer mucho, la miré fijamente a los ojos y ella mordió su labio a causa del nerviosismo, juntó su frente con la mía.
-Espérame..-susurró mirándome a los ojos, yo asentí.
-Estaré aquí cuando salgas.-murmuré acariciándole suavemente la mejilla, ella después de unos segundos, se separó de mí y yo me sentí molesto, molesto por no seguir tocando su piel.
Entró en esa habitación con su madre la cual dio un portazo detrás de ella, me apoyé en la pared mientras la esperaba.
Cinco minutos.. Diez minutos.. Quince... y a partir de ahí empezaron los gritos, tenía unas ganas tremendas de entrar ahí, sabía que no le gustaba que le gritaran a mi Naira, y su madre no paraba de hacerlo, ¿no se suponía que ella tenía que saberlo?
-Me duele decir esto, pero.. ¡no te reconozco! ¡desde que estás con Justin no sé nada de tí!-gritó su madre, yo puse atención.
-¡Si vas a decirme esas tonterías será mejor que te calles!-gritó Naira desesperada, oh dios, como me dolía verla así.
Cada minuto que pasaba, cada segundo era una eternidad ahí fuera, ¿pero que se creía esa mujer? ¡le estaba gritando a mi novia y futura mujer! es su madre y la conoce menos que yo.
-¡No son tonterías! ¡ estáis.. estáis todo el día juntos! ¡No te veo nunca, porque estás con él! ¡te llamo y no me contestas! ¡Soy tu madre! ¡él solo es tu novio! ¡ yo mando sobre ti, no él!
Cada palabra de su madre caía sobre mí como un jarrón de agua fría, ella antes me adoraba, y yo la adoraba a ella, antes todo era perfecto, cuando yo no sentía tanto amor como ahora, este amor que no me cabía en el pecho, un amor posesivo.
-¿¡Me has traído aquí para darme una charla sobre el amor?!
-¿Qué amor? ¡por favor Naira, tienes 15 años!
-¿Y? ¡Que tú no hayas sentido el amor con 35 años no signifique que yo no pueda sentirlo con 15!-gritó Naira cada vez mas fuerte.
-¡Te has distanciado de mí por él!
-¿Quieres dejar de decir tonterías?
-¡No consiento que me hables así!
Sentía como que yo era el culpable de esta discusión y cada vez me entraban mas ganas de entrar dentro y llevármela de allí.
- ¿¡Que mas quieres que haga mamá? ¡me hago cantante, gano dinero para sacar adelante a mi primo, y tú.. ¡tú me reprochas que no te he cogido el teléfono! ¡Yo no tengo la culpa de que le pasara eso a Fran, yo.. yo soy su prima pero sin embargo ¡yo le pago sus medicamentos! ¿o lo haces tú? ¡NO! Lo estoy haciendo yo todo, y ¡si no fuera por Justin, Fran no habría salido del coma! ¡así que hazme el favor de callarte de una vez y de dejarme en paz!-gritó Naira y acto seguido abrió la puerta, la cerró detrás de sí.
Yo dejé de apollarme en la pared y me acerqué a ella rápidamente, ella ya tenía sus brazos colocados para que la abrazase y yo no hice menos, ella no paraba de llorar.
-No llores..-susurré en su oído y ella se aferró mas a mí.
-Lo siento, lo siento, lo siento..-repitió miles de veces, pero su perdón me parecía absurdo, me sentía mal, mal porque parecía que en esta discusión yo era el tema principal, yo y mi amor hacia ella, esas eran mis palabras no las suyas.
-No sientas nada mi amor, ¿me oyes? mírame-murmuré y cogí su cara entre mis manos mientras secaba sus lagrimas- yo estoy bien, no sientas nada, ¿por que me pides perdón?
-Mi madre ha dicho cosas horribles allí dentro..-murmuró entre llantos, yo sacudí mi cabeza y pegué mi frente con la suya.
-Está enfadada lo entiendo... solo que, ¡Naira, nadie entiende nuestro amor!-bromeé y ella comenzó a reír- Nadie entiende todo lo que te quiero.. pero no les juzgo, solo lo entiendo yo-susurré y ella dibujó una pequeña sonrisa en su boca de fresa.
En ese momento se abrió la puerta y Naira hundió su cara en mi pecho de nuevo, de forma automática, pero su madre se paró en frente de nosotros mirándonos, bueno.. mirándome a mí.
-Justin, creo que deberías irte a casa..-murmuró secamente, yo despegué mis ojos de ella y me solté de Naira suavemente.
-Eres tú la que debería de haberlo..-masculló Naira aún sobre mi pecho, sin ganas ningunas de separarse de mí, "Oh mi dulce Naira, yo tampoco tengo ganas de separarme de tu piel"
-En 10 minutos te quiero aquí dentro..-le ordenó su madre metiéndose en su habitación, yo me separé de ella.
-No te preocupes... ya se le pasará, ya verás que sí.
-Es imbéc..-la interrumpí poniendo un dedo en sus labios.
-No digas eso... yo.. ella tiene razón, debería irme-murmuré y la mirada de Naira se endureció- mañana pasó a recogerte.
-¡No! yo.. yo quiero irme contigo-susurró mirándome, yo suspiré.
-Hazle caso a tu madre, no quiero que se enfade más.
-No le voy a hacer caso..-masculló mirándome con sus dulces ojos todavía mojados por sus lagrimas saladas, la miré.
-¡Deberías hacerlo! tengo que ganarme su confianza de nuevo así que..-Naira me interrumpió precipitándose entre mis labios, y sujetando mi cuello con sus suaves manos de porcelana.
Su lengua jugó con la mía, mis manos de enrocaron de forma automática en torno a su cintura, ella se separó de mí.
-Voy a quedarme contigo esta noche..-susurró entre beso y beso, ¿que iba a hacer yo? ya me había perdido desde el primer beso.
Ella besó mis labios una vez más y cogió mi mano para adentrarse al ascensor, yo la seguí y ella puso la planta 0.
-Aún creo que deberías quedarte..
-Y yo creo que hoy tendrás que prestarme un pijama..-murmuró mirándome aún con nuestras manos unidas, yo suspiré.
De camino a casa no hablamos nada, pensé que ahora me tocaba a mí pedirle perdón, pensé que ella estaría enfadada conmigo por no dejarle coger el móvil, de hecho.. ese había sido el problema de todo lo que había sucedido este día.
La miraba en todo el camino y esta vez no pareció molestarse, a decir verdad no pareció darse cuenta de mi mirada clavada en su perfecto cuerpo, estaba traspuesta mirando hacia la ventana.
Me sentía como el malo de la película, como el chico que la roba la hija de los brazos de su madre para amarla eternamente.
Entramos en casa, en nuestra casa despacio, no queríamos despertar a mi madre, yo cogí a Naira en brazos como a una princesa, como lo que realmente era para mi, y subí con ella en brazos las escaleras, ella reía mientras hundía su cara en el hueco de mi cuello, para no hacerlo demasiado fuerte, yo subí las escaleras mas despacio solo por eso, solo porque sentía su dulce respiración en mi cuello y sus suaves manos sujetándose.
Cuando llegamos arriba la dejé en el suelo lentamente y busqué alguna que otra camisa realmente larga para prestarle,mientras buscaba en el armario y me imaginaba su cuerpito, "¿Esta"? no, esta es demasiado corta.. ¿y esta? no esta es demasiado estrecha.. ¿y esta? bah, cojo esta misma" pensé mientras revolvía todas las camisas en mi armario "recién ordenado" ya casi me imaginaba la cara de mi madre al decirme que lo volvería a ordenar.. ¡como deseaba que empezara mi gira! allí no tenía que colocar nada en ningún sitio, todo esta preparado para mí.
Cuando me di la vuelta Naira estaba quitándose la camisa, me quedé mirándola, era tipo películas de hollywood a cámara lenta, cuando la tia buena se quita la camisa lentamente y luego agita su pelo de un lado a otro tan sensualmente que parecía hasta imposible, me quedé mirándola cuando terminó de quitarse la camisa y ella cruzó sus bracitos debajo de su pecho, me acerqué a ella y dejé la camiseta en su mano, ella me miró a los ojos.
-Gracias..-susurró y subió su mano para acariciarme el rostro, era sumamente reconfortarle sentir su tacto de nuevo.
Casi como si estuviera deseándolo, ella se giró y me dio la espalda mostrándome toda su parte trasera en ropa interior.
La camisa se le cayó al suelo y se agachó a recogerla, y supe que debería de haberlo hecho yo, puesto que me dieron unas ganas tremendas que hacerle el salto del tigre y tirarla a la cama mientras le quitaba sus diminutas braguitas con la boca.
Salí de mis pensamientos cuando mi camisa se deslizó por su cuerpo, entonces ella se giró y me miró sonriendo, es que.. no lo entendía, no lo lograba entender, ¿como era tan perfecta?
era como si.. como si fuera alguien enviado desde los infiernos para volverme completamente loco, para romper todas las reglas que existían en esta tierra, para olvidarme de hasta mi nombre.
Ella sin dejar de mirarme se sentó en la cama con los pies cruzados, me acerqué a la cama y ella me miró.
Me robó una sonrisa, y me di media vuelta para ponerme el pijama, entré en el baño y me lavé la cara con una fría.
No solo no me arrepentía por no haberle dejado coger el móvil, si no que ahora mismo sabiendo que no es el mejor de los momentos, lo haría mía encima de mi cama sin importarme nada mas que tenerla entre mis brazos, nada mas que verla disfrutar.
Salí del baño despacio, ella ahora estaba acostaba boca arriba con sus manos en su cabeza y con una pierna semidoblada encima de la cama y otra estirada, desde aquí podía ver sus braguitas negras debido a su postura, ella miraba al techo como si fuera lo mas interesante de este mundo, pero cuando me sintió giró su cabeza mientras su mirada se clavaba en mi cuerpo, ella me dedicó otra de sus perfectas sonrisas, entonces, cuando llegue a la cama, sentí unos deseos enormes de ponerme encima de ella, de sentirla cerca de mí, de sentir su cuerpo apretado contra el mío, pero en vez de eso me acosté a su lado, ella no cambió de postura y volvió a mirar al techo.
No parecía estar enfadada, pero tampoco decía nada.
-Perdóname..-casi susurré y ella salió de sus pensamientos.
-¿Cómo?-preguntó confundida,yo suspiré.
-Lo siento Naira, lo siento de verdad, debería haberte dejado cogerlo pero.. es que no sé lo que me pasaba, esta como..
-¿Qué tonterías dices?-preguntó aún con el ceño fruncido.
-¿No estás enfadada?-pregunté siendo lo mas claro posible.
-Estoy aquí ¿no?-murmuró y yo no contesté- no estoy enfadada, lo cierto es que lo estaba, pero ya he discutido lo bastante por hoy..-murmuró y me dedicó otra sonrisa, esta vez de sufrimiento- además ¿porque iba a enfadarme? ¿por hacer que te desee tanto para ni siquiera tener voluntad de coger mi móvil? eso no es culpa tuya..-murmuró mientras encogía sus pequeños hombros.
-Tampoco tuya..
-Mi madre piensa que sí..
-No, tu madre piensa que es culpa mía-murmuré y ella rió mientras, giraba su cabeza para mirarme, a mi no me hizo gracia.
-No es eso lo que mi madre piensa...-le interrumpí.
-Vamos, tu madre me odia.
-¡Ella no te odia a ti! ella.. ella odia que te quiera tanto, ella odia que.. que no pueda hacer otra cosa que estar contigo,odia que seas tú por el que tomo casi todas mis decisiones, que seas tu por el que respiro, lo que ella odia es que sabe que de un día para otro desaparecé, me iré de sus brazos por que ya encontrado algo mejor, ya he encontrado mi sitio en el mundo Justin, he encontrado a mi novio caprichoso adolescente, a mi marido y al padre de mis futuros hijos-murmuró y clavó su mirada en la mía, sus palabras salían de su boca como si fueran poesía, como si no le hiciera falta pensar todas esas cosas que decía, que hacían que mi amor hacia ella, y hacia mi futuro con ella, creciera cada a cada minuto mas y mas y mas y mas.
-Lo que ella odia es que yo he encontrado el amor con 15 años y que ella con 35 no sepa ni lo que el nombre implica.
Yo la miré sin tan siquiera saber que decir, sonrió con su sonrisa de agustía que utiliza para decir "estoy bien" entonces sin decir ni una palabra mas se acercó a mis labios, cerró sus ojos y la sentí cerca, ella pasó una mano por mi espalda, haciendo que nuestros cuerpos chocaran, soltó un leve suspiró entre mis labios y no pude aguantarlo mas, rocé mis labios con los suyos con dulzura, con cautela, ella sonrió en respuesta.
-¿Sabes que es lo que odia?-preguntó divertida mientras me agarraba de la camisa y me hacía ponerme encima de ella.
Yo "obedecí" a su insoportable orden encantado, y me subí encima de ella, con mi cuerpo estrechando al suyo.
-¿El qué?-pregunté mirando su precioso rostro, ella elevó su cabeza hasta llegar a rozar de nuevo mis labios, sin besarme.
-Lo que ella odia es que Justin Bieber tenga 17 años no 35..-susurró entre mis labios, solté una leve risita, ella sonrió y yo sin decir nada acerqué mi boca a la suya, acerqué mi lengua a la suya para que juguetearan sin control, como solían hacer.
"Bueno Justin, para, ella está mal, su primo acaba de salir de un coma de 7 meses y acaba de tener una discusión tremenda con su madre, este no es el mejor momento para..." oh, esta vez fue ella la que su puso encima de mí haciéndome girar, su camisa se había subido a causa de tanto movimiento y en cuestión de segundos ya notaba que estaba demasiado contento.
Ella se separó de mis labios y me sonrió, entonces sin decir nada, se apretó contra mi cuerpo, apretó su cuerpo contra mis calzoncillos, solté un leve gemido y agarré su trasero de forma automática, ella sonrió entre mis labios mientras se movía encima de mí, oh dios mio, iba a volverme loco en segundos.
Ella seguía moviéndose y restregándose contra mí, solté un gemido contra su oreja y me puse encima de ella de nuevo.
Comencé a besarle el cuello despacio y ella comenzó a reír por las cosquillas que esto le causaba, bajé besándole el vientre.
-Justin, dime una cosa..-susurró entre suspiros, yo seguía besándola- Justin..-murmuró y cogió mi cabeza entre sus manos.
-Dime, mi cielo..-susurré y ella me sonrió dulcemente, ¡sabía que le encantaba que la llamara así! y a mi me encantaba llamárselo.
-No tendrás.. ¿no tendrás un donut?-preguntó mientras me miraba a los ojos, sentí como todo el calentón se me bajó de golpe, ¿De verdad ella estaba pensando en donuts ahora?
-¿Pero que te pasa a ti con los donuts?-pregunté y ella rió mientras se movía debajo de mi cuerpo, yo sonreí confuso.
-¡No me dejaste comérmelo!
-No, no tengo, pero.. tengo una banana muy madura..-murmuré pero ella me pegó en el hombro con todas sus "fuerzas" yo rompí a reír y ella puso los ojos en blanco mientras sonreía.
-¿Y.. algo de chocolate?-preguntó mordiéndose el labio, yo la miré durante unos laaaaaargos segundos, ¡¿Como podía ser tan preciosa?! Me levanté de encima de ella de un salto y abrí la puerta despacio, sin antes mirar hacia atrás, ella me miraba fijamente, con la camisa aún subida, cerré mis ojos y respiré intentando no volver a tirarme encima de ella,salí por la puerta
mientras pensaba en lo bonita que estaba con mi camisa, tumbada en mi cama, con su pelo alborotado y su perfecta sonrisa, bajé las escaleras como en otro mundo, tanto que ni si quiera me percaté de que la luz estaba encendida, fui hasta la cocina y abrí "la estantería del chocolate" mientras silbaba.
Cuando me giré con la barra de chocolate en la mano casi me da un infarto al ver a mi madre sentada en una silla mirándome.
Bien, estaba en boxers, bueno no habría problemas si no hubiera tenido a Naira restregándose encima de mí hace apenas unos minutos, aún notaba un bulto en mis calzoncillos, me tapé un poco y ella rompió a reír, yo sacudí la cabeza.
-¡Oh dios mamá! ¡que me muero!-exclamé y ella comenzó a reír- ¿Que haces despierta a estas horas?-pregunté y ella alzó sus cejas, yo la miré mientras jugueteaba con el chocolate.
-No no no, la pregunta es ¿Qué haces tú despierto a estas horas y con una tableta de chocolate en la mano?
-¡Me ha dado antojo!-exclamé sonriendo, ella puso sus ojos en blanco mientras se acercaba a mí, volví a taparme un poco.
-¿Así que antojo? ... bueno me han dicho lo del primo de Naira, mañana cuando la vea, le daré un gran abrazo.
-Sí, yo también se lo daré-murmuré y sonreí falsamente.
-¿Estaba contenta no?-preguntó acercándose y sonriendo.
-Así es..-murmuré y me acerqué para besarle la mejilla- ¡buenas noches mama! te quiero-murmuré y comencé a subir las escaleras despacio, no quería que pensara que tenía ansias por llegar a mi habitación, aunque a decir verdad si las tenía.
-¡Oye Justin! -exclamó mi madre y yo me giré para mirarla.
-Espero que a Naira le guste el chocolate..-murmuró sonriendo, yo miré la tableta de chocolate y fruncí mi ceño- ah y ¡dale las buenas noches de mi parte!-exclamó mientras bebía agua, yo me puse rojo como un tomate y subí las escaleras deprisa mientras aún escuchaba la risa de mi madre, ¿que tenía poderes?
Abrí la puerta despacio, y Naira estaba de pie junto a mi escritorio, de espaldas a mi, repasé todo su cuerpo con mi mirada, desde sus pies, pasando por sus piernas y su hermoso trasero, siguiendo por su espalda y acabando en su pelo que seguía estando igual de alborotado, muy sexy la verdad,entonces me acerqué aún mas y noté que miraba hacia una foto que tenía en un marco, mi foto, mi foto con Caitlin, ella la repasaba con el dedo y no dejó de mirar la foto una vez que me situé a su lado.
En realidad no sabía que decir.. ¿quien tiene una foto de su ex en su cuarto? bueno, solamente yo, pasé mi mano delicadamente por el pelo de Naira y ella me miró con su perfecta sonrisa, yo desvié mi mirada al marco y ella también lo hizo aún sonriendo.
De repente miró mi mano con la tableta de chocolate.
-¡Chocolate!-exclamó mientras reía de una forma muy rara, yo me guardé el chocolate en la espalda y ella me miró sorprendida, volví a mirar al marco y la miré a ella, ella frunció el ceño.
-¿Te molesta que este eso ahí?-pregunté, ella me miró.
-¿Te molesta a ti?-preguntó divertida, yo la miré.
-Estoy hablando enserio.. puedo.. puedo quitarla si quieres.
-¿Desde cuando lo tienes aquí?-preguntó mirándome.
-Desde que.. bueno, desde que estábamos juntos..-murmuré, ella miró el marco y sonrió aún mirándolo, la miré raro y ella se acercó mientras rodeaba mi cuello con sus suaves manos, era realmente reconfortante sentir sus manos acariciándome.
-¿Y de verdad vas a quitarla por mí? ¿quien soy yo al lado de ella?-preguntó mirándome divertida, yo alcé las cejas ofendido.
-No digas tonterías..-ella sacudió su cabeza y me interrumpió.
-Vamos, yo era.. bueno, yo soy belieber, sé lo bonito que fue eso que hubisteis, y.. bueno, ¡era fan de esa pareja!-murmuró riendo, yo la miré y pasé mis manos por su cintura aún mirándola.
-Lo que nosotros estamos viviendo es..-me interrumpió.
-Justin, ¡no me molesta! no me molesta que tengas una foto de Caitlin en tu cuarto porque yo también la tendría si hubiera estado con alguien como ella.. bueno, en genero masculino claro-murmuró mientras besaba mis labios dulcemente y cogía la tableta de chocolate que ahora mismo se encontraba en su cintura, se sentó en la cama mientras abría el chocolate, me sentí como cuando vas al tercer mundo y le das un pan a un adorable niño y se lo come con desesperación mientras sonríe.
-¿Qué tal Christian?-preguntó de repente y yo la miré.. a los ojos quiero decir.. - es su hermano, ¿será igual de adorable?- bromeó y yo fingí una risa mientras me acercaba a ella, me dio rabia solo de imaginármelos, ¿Christian con mi Naira?
-Ni en broma..-mascullé con los labios apretados, ella rió fuertemente y se acercó para besar mi mejilla con un beso rápido, yo sonreí ante su respuesta y me quedé mirándola.
Partió un trocito de chocolate y me cogió la mano para depositarlo allí, luego cogió la tableta y pegó un mordisco mientras se echaba hacia atrás y se apoyaba en la pared, yo fruncí el ceño.
-¡Que graciosa eres!-exclamé sarcásticamente aún con el trocito en la mano, ella tragó y me miró mientras fruncía el ceño.
-No recuerdo haber dicho nada gracioso..-murmuró mirándome mientras encogía sus pequeños hombros yo cogí el trocito de chocolate entre mis dedos y se lo elevé para enseñárselo.
-¿Qué? si no lo quieres me lo como..
-¿Será una broma no?-pregunté y ella frunció sus labios para no romper a reírse, pero no funcionó y me tiré encima de ella mientras le cogía el trozo que se iba a echar a la boca, luego le devolví la tableta y ella la cogió, otra vez esa sensación de estar en el tercer mundo, la miré mientras se comía el chocolate.
-¿Estás segura que no estás embarazada?-pregunté mirándola, ella entrecerró los ojos mientras seguía comiendo.
-No me hace gracia..-murmuró mientras ponía cara de ofendida, yo reí por lo bajo y ella bufó mientras seguía comiendo.
-Si tu vieras como te estás comiendo el chocolate también pensarías lo mismo..-murmuré riendo, ella dejó de masticar y me dio, bueno.. mas bien, me tiró la tableta a la cara.
-¡Cometela!-exclamó enfadada, yo apreté mis labios para no echarme a reír pero solté una pequeña risa, ella puso los ojos en blanco y se acostó boca abajo, con la cabeza hundida en sus bracitos, reí al ver su postura, y cogí un trozo de chocolate.
-¿No lo quieres? ¡está riquísimo!
-Atragántate..-masculló entre dientes, yo reí y me metí un trozo en la boca mientras el otro lo guardaba en la mano derecha.
-¿No te habrás enfadado no?-pregunté acercándome a ella, pero Naira no se movió ni un pelo, volví a reír, y me acerqué aún mas a ella, acariciando su espalda, ella siguió sin moverse- vamos, era una broma, si tu ... si tú estás buenísima-murmuré y comencé a acariciarle la espalda con la yema de mis dedos- podemos preguntárselo a quien quieras, ¿quieres que lo hagamos?-pregunté, ella rió por lo bajo y salió de su escondite mirándome.
-Hoy te estás pasando.. ¡me has llamado foca 2 veces!-masculló mientras cruzaba sus brazos, yo reí y le metí el trocito de chocolate que quedaba en su boca, ella se resistió.
-¿No lo quieres?-pregunté mirándola, ella cogió el trozo de chocolate y me lo metió en la boca con fuerza, luego se echó a reír mientras abría la cama para meterse dentro de ella.
Yo me moví un poco para que pudiera hacerlo y ella se tapó y se quedó boca arriba mirándome fijamente, yo sonreí y me metí en la cama con ella, puse mi cabeza en su pecho y podía oír los latidos de su corazón, ella enredó sus dedos en mi pelo.
No recuerdo nada mas de esa noche, sus pequeños dedos acariciaban mi pelo con dulzura, una y otra vez, y me quedé dormido en cuestión de minutos, quería estar allí para siempre.
A la mañana siguiente me desperté y me percaté de que estaba solo en la cama, entonces escuché el ruido del agua caer en la ducha, me acosté de nuevo con los ojos abiertos, y en cuestión de minutos Naira salió vestida, con su pelo mojado cayendo por su perfecto cuerpo, cuando me vio dejó mi camisa en los pies de la cama y se tiró encima de mí mientras no paraba de sonreír.
Me miró a los ojos y se apretó contra mi cuerpo mientras me abrazaba, el tacto con su pelo mojado me dio escalofríos, pero aún así, mis brazos se envolvían a la perfección por su espalda.
-Buenos días preciosa..-susurré y ella se separó un poco de mi para mirarme a la cara, yo le acaricié la mejilla dulcemente- Los latidos de tu corazón resultaron ser lo bastante relajantes para mí anoche..-murmuré aún mirándola ella sonrió mirándome.
-Me di cuenta cuando empezaste a roncar..-bromeó.
-¡Yo no ronco!-exclamé y ella se echó a reír.
-Si, si lo que tu digas, pero levántate que tenemos que ir al hospital, ¡tienes que conocer a mi primo!-exclamó felizmente mientras se levantaba de encima de mí y depositaba un beso rápido en mis labios, yo sonreí y me levanté de la cama.
Tardé solo un poco en ducharme y vestirme, y cuando salí del baño Naira estaba haciendo la cama, la observé un buen rato en la puerta mientras lo hacía, parecía muy concentrada en ello.
Cuando se dio cuenta de que la estaba mirando me sonrió y cogió mi mano arrastrándome escaleras abajo, mi madre ni siquiera estaba en casa de lo temprano que era, de camino al hospital pensé que quizás este no era el momento de entrar.
Cuando llegamos me bajé del coche y ella cogió mi mano mientras me arrastraba hacia la puerta como habia hecho en mi casa, pero esta vez no me moví y la arrastré yo a ella hacia mi cuerpo, ella me miró confusa y yo besé sus labios.
-Naira, ¿por qué no mejor entras tú y.. bueno, ya sabes, nos vemos luego?-murmuré acariciándola, ella se separó de mí.
-¿Por qué?-preguntó mirándome confusa, yo suspiré.
-Esto es un momento familiar, no sé, ya llegará el momento en el que yo tenga que entrar allí, pero.. bueno, no creo que..
-Justin, si esto es por lo de mi madre..-le interrumpí.
-No es por lo de tu madre, Naira, llevas 7 meses sin hablar con tu primo, creo que estará lo bastante confundido como para que entre Justin Bieber en su habitación..-ella rió pero supe que no lo hacía con humor, le acaricié la mejilla dulcemente y ella pasó sus manos por mi espalda- luego vendré, cuando le hayas explicado que estás saliendo conmigo y esas cosas.-rió de nuevo y estrechó su cuerpo con el mio fuertemente, yo le seguí.
-Cuando te llame quiero que vengas rápido..-murmuró aún apretada a mí, yo reí y la acaricié la espalda con dulzura.
-Antes de que puedas coger el móvil ya estaré entrando por la puerta..-murmuré, ella rió y se separó de mi para mirarme.
-Eso espero..-susurró y se inclinó para besar mis labios, se separó demasiado rápido para mi gusto y se dispuso a entrar.
Me quedé como un bobo mirando como se dirigía hacia la puerta del hospital, ella se dio la vuelta y me sonrió dulcemente.
Entonces fue cuando me metí en el coche y me dispuse a irme.
Estaba realmente incomodo, quería entrar allí, pero sabía que no era lo mas apropiado, quería estar con Naira, todo el tiempo.
Y por un momento me sentí estúpidamente celoso por tener que dejarla aquí todo el día mientras yo no tenía nada que hacer sin ella, ¿que me estaba pasando? estaba pensando en llamar a Chaz y Ryan para salir un rato por allí, o.. no sé organizar un concierto en la playa, ¡cualquier cosa! vamos, era Justin Bieber, podría hacer cualquier tontería para tener gente a mi alrededor pero nada de eso me apetecía, solo quería quedarme aquí.

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