miércoles, 22 de febrero de 2012

Capítulo {133} : Rompiendo otras de mis promesas.

||Narra Naira||
Lo miré a los ojos fijamente y luego bajé la vista a sus labios, el parecía esperar una respuesta.
-No, no puedes – me di la vuelta casi al mismo tiempo que decía esas palabras, por lo que sentí su mano deslizándose por mi brazo, y era lo que esperaba que hiciera.
Pero lo que no esperaba que hiciera es lo que hizo a continuación, porque en cuestión de segundos sentí sus labios sobre los míos sin tan si quiera poder moverme.
Su mano se ceñía perfectamente por la tela de mi camisa, haciendo que me acercara a él, a la vez, que su otra mano se deslizó por mi nunca, impidiéndome que me separara de él. No fue un beso largo, tan poco fue un beso pasional, fue un beso totalmente inocente. Sus labios rozaron los míos con delicadeza, solo un roce, sentí volar mi mente unos meses atrás, cuando solo éramos él y yo, cuando nada mas importaba, se separó un poco y lo sentí suspirar contra mis labios, sentí su calor por todo mi rostro.
-Naira… - su susurro fue tan suave, que tuve que abrir los ojos para saber si de verdad había dicho algo, lo que vi cuando abrí los ojos me hizo temblar. Sus ojos observaban atentamente cada parte de mi rostro, ahora ruborizado, y pasó a tener sus manos en mi cintura, a colocarlas a cada lado de mi rostro, acunándolo. No me moví, me quedé absolutamente quieta, y la verdad es que no quería moverme. Sentí sus dedos dibujar mis labios, antes de suspirar y separarse de mí, dejándome totalmente confundida.
-Lo siento – pasó una mano por su cabello mientras me miraba, ya separado de mí, yo fruncí el ceño, ¿Por qué se disculpaba? ¿por llevarle al cielo y bajarme de vuelta en menos de 10 segundos?
-¿Por qué? – escupí las palabras, y supe que era la única forma en la que podía decirlo. El me miró a los ojos y mordió su labio, tuve la necesidad de besarlo en ese momento.
-Por querer estar besando esos labios el resto de mi vida – murmuró y luego cerró los ojos antes de sacudir su cabeza- Hmm, espero que te vaya bien el show esta noche – susurró y entonces supe que estaba esperando una respuesta, pero yo aún estaba pensando en lo primero que había dicho, y que lo había sustituido por otra cosa menos importante – Naira.
-Si, yo también lo espero Justin – el me miró por ultima vez, antes de darse la vuelta y caminar a donde quiera que fuera.
Lo vi alejarse lentamente y supe que no podría aguantar mucho más sin él. Sabía que me había engañado, que había estado apostando a mis espaldas acerca de conseguirme. Pero… ¿Qué demonios importaba? No podía estar lejos de él... ni quería.
Pero, ¿Qué clase de chica le parecería si después de irme del país, vuelvo y menos de un mes caigo de nuevo rendida a sus pies? ¿Qué pensaría si rompía todas las promesas que me hice a mi misma diciendo que nunca mas iba a sufrir por él? Suspiré.
Decidí moverme de ahí en medio cuando escuché otro gallo de parte de Angela. Por el amor de Dios.
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Después de preparme y estar maquillándome y poniéndome mi vestuario, salí a ver que tal estaba todo el mundo, yo era la primera en salir, así que estaba nerviosa.
-¿Me esperas después del concierto? – una voz susurró detrás de mi, sabía de quien se trataba, sonreí casi sin querer y me giré automáticamente, lo observé.
-Prometo no volver a besarte si no me lo pides – sonreí.
-¿Qué tienes en mente?
-Podemos ir a cenar…. Como amigos.
-No recuerdo haberte dicho que quería ser tu amiga.
-Bueno, pues vamos como enemigos, lo que sea, solo quiero pasar tiempo contigo – reí – solo quiero, ya sabes… solo quiero conversar y… - le interrumpí.
-Está bien.
-¿Qué? – preguntó mirándome anonadado.
-¡Naira! ¡sales en un minuto!
-Digo, que está bien, te espero después del concierto – murmuré antes de sonreírle y darme la vuelta y caminar.
-Oye, Naira – murmuró y me giré de nuevo, esta vez mirándolo – estás preciosa - susurró sin antes mirarme detenidamente.
-Gracias Justin – murmuré, antes de girarme e ir hacia el escenario, a cantar para ese maravilloso y entregado público.
Simplemente me encantaba sentir la energía que el público te trasmitía, cantando tus canciones, bailando, gritando tu nombre…. Añoraba esto, quería hacer esto. Deseaba que solo esto fuera parte de este mundo…. Nada de paparazzis, nada de estrés y de drama porque lo que hagas hoy pueda salir en todas las portadas de las revistas de mañana… nada de eso. Solo quería estar aquí, delante de toda esta gente maravillosa, disfrutando.
No quería ver la otra parte de la fama, que por desgracia, era la mayor parte. Solo cantaba un par de canciones, y cuando salí, todo el mundo ya estaba en marcha. Justin saldría justo después de mi, y después de un par de canciones cantarían la canción.
Le dediqué una tímida sonrisa a Justin antes volviera a entrar al escenario, justo después de esta canción, Angela saldría para cantar la canción que ambos compusimos. Llevaba un par de días allí, así que ya había escuchado e visto la actuación.
Intenté buscar alguna distracción, como siempre hacía, para no observar como ellos cantaban esa canción.
Pero realmente, no tenía nada que hacer, así que lo único que hice fue esperar. Miré a través de la pequeña pantalla que había, y pude observar como Justin cantaba. Aún no podía describir lo que sentía cuando escuchaba su voz, y escuchaba a la gente gritar su nombre de la manera de la que sus fans lo hacían, era indescriptible, tenías que vivirlo desde las dos partes.
Me giré al sentir muchas voces a la vez, supe que Angela estaba por allí, y no me equivoqué, no estaba nada nerviosa, estaba con su móvil mientras la gente la peinaba y la retocaba, puse los ojos en blanco y volví a mirar hacia Justin. Pero esa tranquilidad se terminó demasiado rápido, ya que sentí a Angela justo a mi lado, lo sabía por su peste a perfume caro y totalmente asqueroso para mis fosas nasales. Carraspeé.
-¿Querías algo? – pregunté, intentando ser lo mas amable posible, aunque había sonado mas como un reproche.
-Os vi antes a ti y a Justin debajo del escenario…
-¿Sí? Que bien.
-Hombre, si a ti te parece bien, a mi también, eres tú la que te has comido mis babas – murmuró divertida, no había girado la cabeza hasta este momento, para mirarla. Y entonces me percaté de que Dan también estaba allí, colocándole el micro.
-¿Perdona?
-¿No sabías? Bueno, cuando tu no estabas, estuvimos barajando la idea de que Justin y yo nos besáramos durante la canción, y lo ensayamos un par de veces…. ¿Verdad Dan? – miré a Dan y el carraspeó y siguió con su trabajo - Luego decidimos que no era lo mejor, no queríamos que entraras en depreción.
-¿Esperas que me crea eso? – pregunté, con la voz rota.
-La verdad es que no me importa si te lo crees o no, solo te lo estoy diciendo y te lo digo aquí delante para que le preguntes a quien quieras… yo no miento – observé a mi alrededor y Dan había escuchado toda la conversación, mientras le colocaba el micro a Angela, lo miré a los ojos y supe que no hacía falta preguntarle a nadie, era cierto. No dije nada, supe que tampoco hubiera sabido que decir. Así que solo guardé silencio. La ausencia de ruido me dijo que la canción ya había terminado y que ahora le tocaba a Angela salir, me mordí el labio, intentando pasar desapercibida, aunque mi corazón latiera a mil por hora…. ¿Porqué demonios Dan no lo había negado todo? En realidad no tenía por qué creerle, ya me había mentido más de una vez. ¿De verdad había sido tan estúpida? Tan estúpida por creer que él se estaba muriendo por mí, como yo hacía, y en realidad andaba ensayando besos con otra. ¡Ni si quiera yo le había besado nunca cantando esa maldita canción! Bufé.
Había sido totalmente estúpida.
Miré a mi derecha, y Angela ya estaba lista para salir, me dedico una mirada antes de dejarle su teléfono móvil a su agente y salir al escenario. Odié que el público la aclamara, pero lo que mas odié sin duda, fue la cálida bienvenida por parte de Justin.
Me había funcionado eso de estar despistada mientras ellos cantaban esa canción, menos ahora, no me creía capaz de soportar verlo acariciar a otra que no fuera yo.
Mordí mi labio tanto, que pensé que iba a sangrar, y entonces decidí salir de allí, con aquella melodía entrando por mi mente sin cesar, y sus manos recorriendo su cuerpo.
Lo que había sido una preciosa canción de amor, se había convertido en una pesadilla, porque desde el momento en el que la observé pasar las manos por el cuello de Justin mientras cantaba, la melodía y letra que Justin y yo habíamos compuesto, supe que nunca, nunca más, podría volver a ver esa canción como yo solía verla.
Me fui del recinto, de verdad no quería estar allí, había visto la actuación de Justin con Angela, no era la primera vez y siempre había sido molesto de ver…. Y oír. Pero esta vez fue completamente diferente, después de lo que Angela había dicho.
No quería creerlo, pero de repente me sentí estúpida por seguir allí, ¿Qué iba a saber yo? ¿Cómo iba a saber si la había besado o no, si yo estaba a miles de kilómetros?
Llegué al hotel y me encerré en mi habitación, nada mas llegar, me tumbé en la cama, boca arriba, intentando distraerme.
No sabía que pensar, no sabía como reaccionar ante lo estúpida que me sentía, lo peor es que lo esperaba, esperaba que se hubieran besado… alguna vez, algo me lo decía.
Sentí que estaba llorando cuando sentí algo frío caer sobre mi mejilla, y entonces me di cuenta de que estaba rompiendo otra de mis promesas, ya que otra vez, estaba llorando por Justin Bieber.
(Narra Justin)
Terminé el concierto, estaba exhausto, y lo único que quería hacer, era pegarme una ducha, para luego salir a cenar con Naira, sonreí, de verdad que tenía muchas ganas de hacerlo.
Durante el concierto no había parado de pensar en el momento en el que aceptó, no fue nada del otro mundo, pero la verdad es que fue suficiente, mas que suficiente después de todo.
Sabía que siempre se quedaba hasta el final del concierto… pero sin embargo, cuando salí del escenario, después de despedirme de mis fans, no la vi en ninguna parte, hasta que deduje, que ella no estaba por allí. Pero... ¿Donde podría estar?
Cuando subimos todo al coche para irnos al hotel, supe que Naira ya se había ido, Pero… ¿Por qué? Ella siempre se quedaba hasta ver el último segundo de mi concierto.
Aunque estuviera enfadada conmigo, aunque le hubiera echo daño, ella se quedaba. Pensé que quizás se había estado preparando para la cena, así que decidí ir a cambiarme y ducharme antes de ir a su habitación a recogerla.
Pasé por su puerta, y de verdad sentí el impulso de tocar… solo para verla. “No Justin, dentro de media hora la verás” Me fui directo a mi habitación, ignorando mis impulsos.
Me quité la ropa por el camino, para luego meterme en la ducha.
Me sentí muy bien cuando sentí el agua caer por todo mi cuerpo… era tan renconfortable. Pero está vez no disfruté mucho de la ducha, ya que lo único que quería salir era verla.
Salí rápidamente envuelto en la toalla y fui directo a la maleta, genial, ¿Qué debía ponerme ahora? Suspiré y pensé, era una cena normal, no era nada sofisticado.
Cogí lo primero que encontré y fui directo al baño a peinarme. Decidí lavarme los dientes… solo por si acaso. Luego cogí el secador y lo pasé un poco por mi pelo.
Salí y me puse perfume, cogí mi iPhone de encima de la mesa y lo guardé en mi bolsillo, antes de salir, me palpé el bolsillo, estaba todo en orden, perfume, pelo, móvil, tarjeta.
Salí y en cuanto estuve delante de su puerta, dude si tocar o no, pero incluso antes de dudarlo, mis dedos ya estaban aporreando la puerta. Esperé, esperé, volví a esperar... y otra vez.
Pero nada, cerré los ojos y pensé en si podía estar durmiendo. Pero realmente lo que mas temía es que estuviera dentro y no quisiera abrirme la puerta, no... ¿porque iba a hacer eso?
La aporré de nuevo… unas cuántas y al fin escuché unos pasos hasta que abrió la puerta. Intenté sonreír, pero mi intento falló cuando la vi. Estaba en pijama, y con un jersey, que recordaba que fuera mío, aunque ella se había adueñado de el hacía bastante tiempo, cuando miré su rostro, me congelé.
Sus ojos ligeramente hinchados y cristalinos me mostraron que ella había estado llorando, incluso segundos antes de abrirme la puerta, ella me miró a los ojos unos segundos, me miró a los ojos y mordió su labio para no volver a sollozar, pero lo hizo.
-¿Qué haces aquí? – preguntó mientras miraba al suelo.
-¿Qué te pasa? – pregunté esta vez yo, dando un paso hacia delante, ella retrocedió, mientras mordía su labio con fuerza.
-No me toques, por favor – masculló, yo mordí mi labio, “otra vez no, por favor” - pensé. Solo quería estar bien.
-Pensaba que iríamos a cenar…
-Y yo pensaba que de verdad te importaba un poco, pero ¿sabes? Ya veo que no, no te importé nada en todo el tiempo que compartimos ¿Verdad? ¿¡Porqué demonios estabas conmigo entonces?! ¡Maldito estúpido! Yo me preguntaba por qué, porque me habías elegido entre miles de chicas – río sarcásticamente mientras secaba sus lagrimas – Y ahora lo sé. No me habías elegido tú, había sido una maldita apuesta la que había puesto tu interés en mí. Y aun así vuelvo, y me dejó llevar, no debería ni dejar que me toques. ¡Te odio! – gritó, yo miré a mi alrededor y supe que pronto iban a escucharnos, por lo que la cogí y la metí dentro de la habitación, la sangre me hervía de la rabia que sentía. Mordí mi labio con fuerza antes de darle un puñetazo a la puerta, ella no pareció sorprenderse, pero sus sollozos aumentaron, pasé mis manos por mi cabello.
-¿A que demonios viene eso ahora? ¡Maldita sea Naira! Llevo meses esperando que volvieras, para perdirte perdón otras mil veces y reconquistarte. Lo siento, fui un capullo y lo sé, ¡pero me enamoré de ti! ¿No lo entiendes? Todo empezó como una puñetera apuesta, pero tú me enamoraste, no la maldita apuesta. ¿Porqué demonios no puedes olvidar eso Naira? ¡Dime! – exclamé y mis ojos se enjuagaron, ella los ignoró.
-No digas que llevabas meses esperándome – dijo entre sollozos – yo estaba esperando el momento en el que tu vinieras a buscarme, pero no solo no lo hiciste, si no que contrataste a otra chica para que cantara nuestras canciones, ¡no digas que llevas meses esperándome! Dime, ¿Qué es lo peor que has pasado? ¿Qué Angela no sepa entonar bien las malditas canciones que nosotros escribimos? – gritó y me empujó contra la pared – Eran nuestras canciones, estaba enamorada de ti cuando escribimos eso, ¿Por qué demonios me haces daño de esa manera? ¿De verdad te gusta hacerme sufrir?
-Solo quería tenerte de vuelta… te necesitaba aquí Naira, y ahora que estás aquí… no quiero que vuelvas a irte. Por favor, no sabes lo mal que lo he pasado… - sollocé esta vez yo, ella pasó sus manos por su cabello desesperadamente.
-¡Cállate! Solo estás consiguiendo que quiera pegarte una piña, ¿Cómo te atreves? ¡Sé que andabas besándote con Angela en mi asucencia! ¿Fue tuya la idea de besarla mientras cantaban nuestra canción? ¡Eres un maldito idiota! – gritó de nuevo y me golpeó en el pecho, yo la miré a los ojos y detuve sus pequeñas manos que se volvían mas sencibles hasta que pararon.
-¿Quién te dijo esa tontería? Escúchame Naira… - susurré, ella paró de pegarme y apoyó su cara en mi pecho sollozando.
-Ella me lo dijo – susurró entre sollozos, yo cerré los ojos.
-No fue idea mía… solo la besé una vez, y no me pareció adecuado. ¿No te dijo que ella intentó besarme? Y lo hizo, ¡Por el amor de dios! cuando yo necesitaba a alguien, cuando me pasaba todas las noches llorando por ti. Había visto fotos tuyas con tu amigo en España, y me derrumbé, ella estuvo conmigo, e intentó besarme. Yo… la paré – murmuré mientras la miraba a los ojos, aún caían lágrimas por sus ojos, las limpié – No quería, ni quiero, besar otros labios que no sean los tuyos Naira.
Ella cerró los ojos ante el contacto de nuestras frentes, abrí los ojos y la observé atentamente sin parar de acariciarla.
-Siento haberte hecho infeliz, no era eso lo que quería. Te quiero Naira, por favor, dejémonos de tonterías, solo quiero… dios, solo quiero tenerte de vuelta – susurré mientras acariciaba su mejilla, ella se separó un poco para mirar mis ojos.
En unos segundos sentí todos lo momentos pasar reflejados en sus ojos, de verdad había pensando que había terminado para siempre, antes de que pronunciara las mismas palabras que había pronunciado cuando se había ido y me había dejado.
-Vete.

Capítulo {132} : Un segundo y dos miradas de por medio.

Cuando vi la cara de Alex, una ola de recuerdos pareció azotarme la mente, hasta dejarme totalmente aturdida, sin palabras, sin saber que decir o que hacer. Abrí mi boca para decir algo, pero no se me ocurrió nada coherente que decir, así que decidí cerrarla de nuevo. ¿Qué demonios me pasaba? Bueno. Realmente sabía lo que me pasaba.
Claro que me acordaba de Alexa, y también de que me había prometido ponerle mi nombre a su hija tan solo unos meses atrás, cuando todo era perfecto en mi vida, cuando era más que feliz. Todas las miradas estaban clavadas en mi rostro, esperando a que dijera algo, pero lo único que pude hacer fue tartamudear, tragué saliva y sacudí mi cabeza, intenté sonreír, pero no me salió.Justin pasó una mano por mi cintura en forma de caricia, y fue entonces cuando decidí mirarlo. ¡Y maldito el momento en el que lo decidí! Se me vino el mundo encima nada mas hacerlo.
El día en el que había conocido a esa chica, había cambiado mi vida, aparte de porque era la cosa mas bonita que habían echo por mi, si no, porque ese día había echo muchos planes de futuro con Justin, planes que de verdad tenía ilusión porque se cumplieran, planes que eran mutuos.
Quizás no hacía falta decirlos, pero yo sabía que tanto él como yo, deseaba que se hiciera real.
Pero ahora… ¿Qué me queda ahora? Absolutamente nada. No me queda nada. Porque sin él no soy nada. Miré sus ojos color miel y lo único que se me pasó por la cabeza fue… ¿Por qué?¿Por qué tenía que haberme mentido? Todo iría estupendamente si eso no hubiera pasado. ¿Cómo iba a saber que era lo que él había sentido y lo que había fingido para hacer sentir mal a su enemigo? ¿Cómo demonios iba a saber yo, si el realmente sintió lo que decía sentir por mí? Obviamente, también recordé que planes que se habían formado poco a poco durante nueve meses, se habían roto en una hora, con unas simples palabras, con una simple apuesta.
Solo tuve que mirarlo a los ojos para darme cuenta de que él sabía lo que estaba pasando por mi cabeza, como me sentía, y que lo odiaba, odiaba sentirme así, que sentía nostalgia y no quería luchar contra ella, que quería salir corriendo y olvidarlo todo, olvidarlo a él y seguir con mi vida.
Suspiré y vi volar suavemente la mano de Justin sobre mi mejilla, pero antes de que esta hiciera contacto, giré mi cabeza y miré a la preciosidad que me esperaba al otro lado de la habitación.
La observé un segundo mientras me acercaba, y luego miré a su madre.

- ¿Puedo cogerla en brazos?

||Narra Justin||

Alexa asintió, y Naira se sentó justo a su lado, preparó sus manos, y antes de dirigirle una sonrisa, depositó a la pequeña en los brazos de Naira, la cual cogió al bebe con mucho cuidado pero con mucha soltura. La pequeña Naira la miró con sus ojos grandes, y Alexa se echó a reír.
Casi se me rompe el corazón al ver al bebé sonreír y coger un mechón del pelo de Naira en sus pequeños dedos, era la imagen más tierna que jamás había visto en mi vida.
Sentí la necesidad de acercarme más y así lo hice.
Pensé escuchar unos ruidos raros, mire a mi alrededor pero no había nadie, y entonces, me di cuenta de que era yo el que hacía esos ruidos, aunque realmente era mi corazón el culpable.
Miré el rostro de Naira, que observaba a la pequeña con una sonrisa y entendí algo que jamás antes no había entendido. Realmente pensaba que lo sabía, pero no lo supe hasta ahora.
17 años, ella 16. Toda una vida por delante. Pero no me hicieron falta, si no tres segundos y dos miradas de por medio, para darme cuenta de que eso era lo que yo quería para el resto de mi vida.
La quería a ella, no a otra persona sino a ella… sosteniendo a nuestros hijos así... ¡sé que es una bobería! estaréis pesando que solo soy un loco enamorado que no ve mas allá de eso.
Pero es que eso es lo que soy, y por mucho que lo intente, no voy a poder olvidarla nunca, quizás hubiera muchas chicas mas en mi vida, quizás estuviera con miles de chicas de todo el mundo.
Rubias. Morenas. Pelirrojas. Altas. Bajas. ¿Qué mas daba? Si nunca la olvidaría a ella, mi primer amor, ¿quien olvida su primer amor? con la que haces planes de futuro, con la que te discutes una y otra vez pero las reconciliaciones son lo mejor del mundo, ¡lo mejor!
Con la que sientes que de verdad quieres pasar el resto de tu vida. Pero me negaba.
Me negaba rotundamente de que millones de jóvenes sintieran lo que yo siento.
Porque lo que yo siento es algo tan complejo…. Algo que me mantiene vivo.
Estuvimos un buen rato allí, charlando, jugando con la pequeña Naira, y pasándolo bien.
Pero realmente teníamos algo que cumplir hoy, teníamos que ensayar y el concierto esta noche.
Nos estábamos subiendo al coche, yo me subí primero y esperé a que ella lo hiciera.
Cerró la puerta, se puso el cinturón de seguridad y permaneció así, sin decir nada.
Naira no había hablado desde que habíamos salido de la casa, incluso allí, había estado evitándome todo el rato, intenté que no me afectara demasiado, pero realmente lo hacía.
¿Qué era lo que había echo mal ahora? No entendía nada, estaba tratando de hacerlo bien.

- ¿Qué es lo que va mal? – pregunté mirándola, ella miró mis ojos y sostuvo la mirada.
- Nada.

- ¿He hecho algo mal? Dímelo porque realmente no entiendo que…

- Deja de preguntarte siempre que es lo que haces mal, porque no has hecho nada mal. ¡No es lo que has hecho ahora, es lo que hiciste hace tiempo! ¿No lo entiendes? – Movía mucho las manos y tartamudeaba de vez en cuando, yo la observé detenidamente- Ahora lo haces todo bien. ¡Y eso me molesta! Me molesta porque no quiero… - no le di tiempo a mas, porque mi boca envolvió a la suya. Mis labios se apretaron entre los suyos y ella puso sus manos en mi pecho.
Pero me negué a que me apartara y después de unos segundos dejó de hacer resistencia y dejé de ser yo el único participante en ese beso, sentí sus labios entreabrirse para mí.

- No se porque hablas tanto – susurré entre sus labios, y maldita la hora que lo hice, porque ella mordió mi labio inferior con mucha fuerza. En otra situación, de lujuria por ejemplo, no me hubiera importado, pero… ¡ahora estaba en frío! Me separé de ella y llevé mi mano a mi labio rápidamente.

- ¡Diablos, Naira! – exclamé mientras notaba que realmente me había echo daño.

- Haber si aprendes a no besarme cuando te da la gana.

-
-
-

En el momento en el que llegamos al recinto, ya había miles de fans ahí fuera, tuve que dar un par de vueltas y avisar a los guardias de que iba a entrar, y entonces ellos salieron en mi busca.
Toda la gente comenzó a gritar mi nombre, al unísono, y yo sonreí, amaba esto, esto era mi vida.
Cuando entramos al recinto todo el mundo estaba corriendo de allá para acá, la canción de Ángela sonaba en todo el recinto. Miré a Naira, la cuál miraba todo un tanto maravillada, los tamaños de mis conciertos habían crecido bastante durante su ausencia, y eso se notaba ahora.
Me acerqué a ella, pero ella no me miró, sino miró al escenario.

- Esto es perfecto ¿verdad? – pregunté, pero no estaba seguro de si había a lo que me refería.

- Sí, lo sería sin la bruja cantando de fondo.

- Ángela es buena chica, Naira.

- ¿De veras? No sé porque no me importa.

- Naira… - me paró.
- Ahórratelo Justin, todos y cada uno de nosotros sabemos la razón por la que ella está aquí, no hace falta que me vendas la moto, porque no la quiero en absoluto.

- No hablo de eso ahora, hablo de ella, es buena chica.

- En realidad no me importa, pero ¿sabes? – preguntó acercándose a mi peligrosamente.
Ella sabía que cuando hacía eso me dejaba totalmente aturdido - Nunca te perdonaré haber buscado una sustituta tan mala para mí - murmuró sarcásticamente, yo suspire y ella se separó.
Me miró unos segundos y luego yo me eché a reír, ella frunció el ceño.

- Dios te va a castigar… - murmuró y yo sacudí mi cabeza.
- No sé como…. Tengo todo lo que deseo justo aquí – susurré mirándola, ella frunció sus labios y miró todo el recinto de nuevo, yo me acerqué a ella.

- ¿Qué es lo mas embarazoso que te puede pasar en el escenario? – preguntó sin mirarme, sonreí.

- Que se te caigan los pantalones, que se te olvide la letra… caerte – murmuré aun mirándola.

- ¿Te ha pasado algo de eso a ti? – preguntó y ahora me miró, yo sonreí.

- Hmm…

- Bueno no importa, si no te ha pasado, te pasará hoy – la miré y alcé mis cejas.
- ¿Ese es tu castigo?
- No depende de mí en realidad.
- Podrías intentar castigarme de otra forma, no creo que eso funcione.
- Bueno, puedo decirle a mis bailarinas que salgan desnudas mientras tu cantas – yo sacudí mi cabeza mientras la miraba divertido.
- ¿No tienes algo mejor?
- ¿Algo mejor que bailarinas desnudas? ¿Estás de broma?
- Yo no voy a mirar a las bailarinas desnudas, si no estabas tu entre ellas – murmuré.
- ¿Eso era un cumplido, o debería sentirme ligeramente acosada? – murmuró, yo reí.
- Sí algo me beneficia, puedes tomártelo como un cumplido – murmuré pero ella dejó de escucharme al escuchar un pequeño gaño que le había salido a Ángela mientras cantaba.
- Enserio Justin, nunca te voy a perdonar.
- ¿Por qué? Esa parte de la canción nunca se le dio bien, pero el resto….
- ¡No! Ni si quiera tiene el mismo todo de voz que yo – murmuró, y yo no dije nada, ella me miró - ¿Qué quiere decir ese silencio? ¿¡No estarás insinuando que canta mejor que yo no?!
- Yo no he dicho eso.
- ¿Lo piensas? – preguntó y yo guardé silencio para picarla, ella abrió la boca.
- No, no lo pienso.
- Dímelo, dime que no lo piensas, porque voy a empezar a pegarte ahora.
- ¿Qué quieres que diga? – pregunté divertido, ella me miró.
- Di… “Naira, Ángela ha sido una mala elección, y tu cantas mucho mejor” – murmuró mientras me miraba seria, yo me eché a reír con fuerza, pero ella parecía que lo hacía en serio.
- ¡No me estoy riendo!
- No voy a decir eso, Naira – murmuré aun riendo, ella abrió los ojos.
- ¿Ah no? – preguntó mientras mordía sus labios, yo sacudí mi cabeza y ella salió ella una furia de allí. Yo no podía contener mis carcajadas. ¡Era peor que una niña pequeña!
- Naira, ¡Naira! – Murmuré pero ella no paró, por lo que fui detrás de ella, la cogí del brazo – está bien, no te enfades preciosa.
- Dímelo.
- ¿Puedes repetírmelo? No lo recuerdo…
- Naira, Ángela ha sido una mala elección, y tu cantas mucho mejor – dijo totalmente seria.
- Está bien, a ver… - murmuré y miré a mi alrededor, esperando a que no estuviera allí – Naira… Ángela ha sido una mala elección y tu cantas mucho mejor.
Ella sonrió y asintió satisfecha, luego se volvió a dar la vuelta, pero la cogí por la cintura.
- Y además, estas más buena – susurró en su oído, ella puso sus manos en mi pecho y me apartó de ella, mirándome a los ojos de nuevo de se modo, serio-divertido.
- No te pases de listo.
- Vale, vale, ¿me das un beso? – pregunté enredando mis manos en su cintura, ella me miró con cara de asesina – vale, nada de besos.
- Justin…
- Dime, hermosa.
- Gracias por haberme llevado a conocer a Naira – murmuró de manera diferente, de manera sincera, le devolví la sonrisa y ella mordió su labio nerviosa antes de girarse de nuevo.
Yo pasé mis manos por mi cabello mientras la observaba marcharse, pero no por mucho tiempo, porque corrí detrás de ella y giré su brazo hasta encontrarme con su mirada de nuevo.
- ¿Qué pasa? – preguntó mirando mis ojos, yo le sonreí y pasé mi mano por su mejilla.
- ¿Puedo besarte? – pregunté mientras acariciaba sus labios con las yemas de mis dedos, aunque realmente iba a hacerlo aunque ella me dijera que no.

· Capítulo {131} : 2x1.

Capítulo {4} maratón.
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La sección fotográfica salió estupendamente, nunca había estado tan cansada de sentir tantas veces el flash en mi cara.
Después de ponerme mi ropa normal, y quitarme las extensiones, salí del probador, y me encontré con Justin de nuevo, él me sonrió y yo le dediqué una sonrisa falsa mientras caminaba hacia el otro lado, pero Justin pasó su mano por mi brazo, impiéndome avanzar, yo cogí aire antes de girarme.
- Algo me dice que te voy a tener pegado a mi culo todo el día - mascullé mientras me giraba hacia él y me soltaba de su agarre.
- Eh eh, ¿Qué ha pasado? ¿Ya has cambiado de humor? - preguntó mientras me miraba, yo puse los ojos en blanco y caminé justo detrás de Dan, Justin esta vez me siguió y se puso justo a mi lado, nuestros brazos rozaron, pero lo ignoré.
- ¿Te apetece que te invite a comer hasta del ensayo? - preguntó de nuevo, yo conté hasta diez mentalmente, no quería tener que estar evitandolo todo el día, aparte... me moría de hambre.
- Vale.
- ¿A donde quieres ir? ¿Te hace un Mcdonnal?
- No, quiero ir al Burguer King - murmuré, él rió - ¿Qué?
- Nada, vamos - murmuró mientras abría su coche, yo miré a Dan y luego miré a Justin, que ya estaba abriendo mi puerta.
- Nos vemos en los ensayos Dan - murmuró Justin, este nos miró y levantó su dedo amenazador - No llegaremos tarde.
Este asintió y me dirigió una mirada mientras se daba la vuelta y subía a el coche con Kenny, yo me quedé observándolos.
- Sube al coche, bonita - susurró justo detrás de mí.
- Deja de hacer eso si no quieres que vaya caminando - le acusé antes de subirme al coche y cerrar la puerta, este rió de nuevo y volteó el coche para subirse, cuando lo hizo me miró.
- Bueno, si no quieres que te sea sincero... - le interrumpí.
- Lo que no quiero es que me estés piropeando todo el rato.
- ¿Por qué? ¿Acaso no sabes que eres preciosa? - murmuró mientras se ponía el cinturón y metía la llave en el contacto, yo puse los ojos en blanco y no le contesté - Dime.
- Me da igual si te parezco preciosa o no, no quiero que me lo digas, punto - mascullé mientras miraba hacia la ventana.
- Como quieras, linda - murmuró y encendió la radio, yo lo miré desafiante y el se echó a reír con fuerza, yo sacudí mi cabeza.
No hablamos en todo el camino, y eso me gustaba.
No dejaban de pasar Flash Back por mi mente cada vez que lo miraba, o cada vez que recordaba lo bien que nos los pasábamos juntos, cogí aire y lo miré mientras conducía.
Le habría crecido un poco el pelo, pero estaba en su sitio.
Mordía su labio mientras miraba a la carretera atento, paseé mi mirada por sus brazos hasta terminar en sus manos, sus dedos se movían al ritmo de la música en el volante, él me miró pero yo no aparté la mirada de sus manos, luego lo miré a los ojos.
Sus ojos me sonrieron por un momento, y yo le devolví la sonrisa con los míos, no hacía falta hablar para entendernos.
Se paró en su semáforo en rojo, y supe que iba a decir algo, pero el sonido de su móvil le interrumpió, y también interrumpió mi momento, puesto que separé mi mirada de él.
Después de unos minutos, llegamos al Burguer King.
Me bajé del coche junto a Justin, yo estaba deseando que no hubiera demasiado gente por allí, pero el no pareció preocuparse, porque entró a el local como si nada, yo lo seguí.
Escuché un par de murmullos por algunas mesas, pero los ignoré, Justin se giró a mirarme y se acercó al mostrador.
- ¿Que vas a pedir? - preguntó mirándome a los ojos, yo miré los menús y luego lo miré a él, puesto que él siempre pedía primero - Yo voy a pedir el menú 3 y un Sprite - susurró, como si me escuchara pensar, yo le sonreí y asentí mientras lo miraba.
- Yo quiero el dos y una cocacola - susurré y él no tardó en pedirlo, yo permanecí a su lado, y nuestras manos volvieron a rozar, él no pareció darse cuenta, puesto que estaba pidiendo y hablando con la dependienta, después de dedicarle una sonrisa de agradecimiento, se giró hacia mí y me miró.
- Puedes ir a sentarte si quieres, yo esperaré - murmuró y acarició mi brazo con su pulgar, yo asentí y me di la vuelta.
No conseguía acostumbrarme a su tacto a cada momento.
Antes de darme la vuelta, escuché su móvil sonar... otra vez.
¿Con quien se estaría mensajeando? Bufé para mi misma. 
¡A mi que mas me daba! No tenía porque preocuparme.
Miré el lugar por encima, y pude observar que eramos el centro de atención, suspiré buscando el sitio y encontrándome con un par de miradas asesinas, no quería llamar mucho más la atención, así que divisé una mesa al fondo y me acerqué.
Cuando me senté empecé a jugar con mis manos esperando a que Justin se acercara, él se apoyó en el mostrador y se cruzó de brazos mientras me observaba, yo le sostuve la mirada.
El me sonrió de nuevo, y un par de chicas se le acercaron.
Este me miró y yo me encogí de hombros mientras los miraba.
Justin les firmó un par de fotos... ¡un par de fotos! No sabía de donde se sacaban las fotos, alomejor las llevaban siempre con ellas por si se lo encontraban en la calle. Sonreí.
Se sacó un par de fotos con esas chicas, y a la mas pequeña la cogió en brazos para que le sacaran la foto, luego la niña se le enganchó al cuello y le dio un fuerte abrazo. Sonreí de nuevo.
Lo miré a los ojos mientras observaba lo feliz que se le veía con sus fans, con el amor que ellas le mostraban allá a donde fuera.
Estuvo un par de minutos hablando con ellas hasta que le entregaron la bandeja con la comida, se despidió y se acercó.
Colocó la bandeja en el centro y me la acercó, yo le sonreí.
- Que aproveche - susurró antes de darle un bocado a la hamburguesa, yo me eché a reír, ¡ni si quiera me había dado tiempo de desenvolver la mía! él me miró mientras masticaba.
- Igualmente - murmuré mientras comía patatas.
Él iba a morder de nuevo su hamburguesa pero su móvil volvió a sonar, yo lo ignoré y seguí comiendo, él miró el mensaje y se guardó el móvil en el bolsillo, intenté ignorarlo de nuevo.
Sentí su mirada observándome todo el tiempo pero no me incomodé, intentaba esquivarla para no sentirme cohibida.
Aunque a decir verdad, era un poco dificil, puesto que había mucha gente observándonos en este momento.
En un momento, correspondí a su mirada, este me la sostuvo mucho tiempo, yo no separé mi mirada mientras me llevaba la pajita de la cocacola a la boca, este se limpió la boca y se inclinó en la mesa para mirarme mejor, yo seguí bebiendo cocacola.
- Naira.
- ¿Hmmm? - murmuré sin sonido mientras mordía otra patata, él suspiró antes de inclinarse un poco más, ignoré su mirada.
- Me gustas mucho - musitó, yo terminé de tragar intentando no atragantarme, y lo miré a los ojos, él estaba serio.
- Lo sé - susurré cuando terminé de tragar, el me miró.
- ¿Lo sabes? - preguntó con una sonrisa, yo asentí.
- Bueno, algo tendría que gustarte para que estuvieras tanto tiempo conmigo - murmuré mientras terminaba de beberme la cocacola, él me miró fijamente a los ojos y yo le miré indiferente - ¿Has terminado ya? ¿Podemos irnos? - murmuré mientras me ponía en pie, él me observó unos segundos, pero después se puso en pie también, sin decir ni una palabra nos metimos en el coche, esta vez, el abrió su puerta, y yo abrí la mía.
Una vez dentro, sin antes sentir un par de miradas a nuestras espaldas y muchos murmullos, él móvil de Justin volvió a sonar.
Llevaba sonando casi todo el tiempo, él miró la pantalla de su móvil y sonrió con dulzura, yo lo observé.
¿¡Que demonios?! Llevaba todo el tiempo mensajeandose con alguien en mi cara, ¡ya no volvería a ir a ningún sitio con él!
Lo miré, esperando a que arrancara de una vez, pero en vez de eso se dispuso a contestar el mensaje que le habían mandado.
- Podrías dejar eso para luego y arrancar de una vez - mascullé mirando su móvil, él me miró y frunció el ceño - llegamos tarde.
Él ni si quiera se inmutó si no que siguió conduciendo, no recuerdo cuánto tiempo pasó, pero se me hizo eterno.
Lo único que se escuchaba en el coche era los golpecitos que daba Justin con sus dedos en el volante, mascullé algo sin sentido y encendí la radio, subiendo un poco el volumen.
Justin me miró y yo desvié mi mirada mientras miraba por la ventana, entonces empezó a sonar una de sus canciones.
Yo bufé y cambié la emisora, Justin tampoco se inmutó está vez.
Estaba escuchando música tranquilamente, pensando en que era imposible ser amable con ese ser estúpido que tenía a mi lado, miré hacia la izquierda y vi que nos dirigíamos a...
- ¿¡Qué estás haciendo?! - pregunté casi gritando, Justin ni si quiera me miró y yo estaba empezando a ponerme nerviosa - ¡Justin! - grité y él me observó indiferente, yo abrí mis ojos.
- ¿Qué pasa? 
- ¿Qué que pasa? ¿Se puede saber a donde mierda vas? - pregunté mientras lo miraba, él miró a la carretera.
- Vamos a hacer una parada antes de ir a ensayar - murmuró indiferente, yo comencé a moverme en el asiento.
- Pero.. - me interrumpió.
- Ya se lo he dicho a Dan, no te preocupes hermosa.
- ¿Qué no me preocupe? ¡esto es un secuestro! - exclamé mientras lo miraba, él se echó a reír con fuerza - De eso nada Justin, da media vuelta ahora mismo si no quieres que me enfade - murmuré, él me miró detenidamente - de verdad.
- ¿A caso es posible que estés mas enfadada conmigo de lo que estás ahora? - preguntó, yo bufé y lo miré - exacto.
- ¿Donde me llevas? - pregunté, él sonrió.
- No te lo voy a decir, pequeña impaciente.
- Como no me digas a donde nos dirigimos te mataré - mascullé y Justin ni si quiera me miró - Te arrancaré el corazón y se lo daré de merienda a los camellos - mascullé y él pareció seguir indiferente, yo entreabrí los ojos al ver su rostro.
- Ya me arrancaste el corazón una vez, no me importa tener que soportarlo de nuevo - masculló entre dientes, yo lo miré, y estuve apunto de bajarme del coche, no solo para volver, si no para dejar de escuchar como se lamentaba, miré hacia el frente.
- No intentes hacerme sentir mal, no me vas a volver a hablar en tu puta vida si no me dices a donde mierda me llevas.
- Me pone mucho cuando te enfadas - murmuró con una sonrisa divertida, yo bufé y le pegué en el brazo, él se echó a reír - Solo voy a llevarte a un lugar, no sé porque montas tanto drama - murmuró en un tono serio, yo lo miré y apreté mis dientes.
Tenía razón, ¡pero yo no quería ir a donde quisiera que quisiera llevarme! Cerré los ojos y me recosté en el sofá del coche.
No recuerdo cuanto tiempo pasó, hasta que escuché la voz de Justin al otro lado del coche...
- Dentro de tres minutos vamos a llegar - me informó, pero yo me di la vuelta y me encogí en el asiento, aún con los ojos cerrados.
Estaba en el limbo, ni despierta, ni durmiendo cuando sentí el coche aparcar en algún lugar, pero no abrí los ojos.
Justin quitó su cinturón para después quitar el mío, posó su mano en mi hombro pero yo no le hice ningún caso.
Dejé de sentir su mano pero luego sentí mi puerta abrirse, me encogí aún mas en el asiento del coche.
- Vamos bonita, ya hemos llegado.
- No voy a bajar.
- Naira... - me dijo en tono de advertencia, yo bostecé - ¿No vas a bajar? - preguntó mientras acariciaba mi mejilla, yo negué - está bien, tú lo has querido - murmuró, yo asentí y sentí sus manos rodeándome segundos después, abrí mis ojos rápidamente.
- ¡Justin! ¡ bájame ahora! - exclamé, pero él me cogió aún mas fuerte, como un saco de patatas, me agarré a su cintura para no caerme, aunque me tenía cogida por las piernas - ¡Justin! ¡Me estás clavando tu puñetero hombro en e barriga! 
- Lo siento, es la única forma de que me hagas caso - murmuró risueño mientras me sujetaba con menos firmeza.
Él me cogió con una mano y con la otra cerró el coche, caminó hacia una... ¿casa? Ni si quiera puse resistencia, ¿para que?
Ya me había traído hasta aquí sin mi permiso.
Justin tocó el timbre y apoyó su peso en una pierna mientras seguía agarrándome, no le resultaba ningún problema.
- ¿Vas a bajarme ya o qué? 
- ¿Vas a ser buena y a portarte bien si te suelto? 
- Eso depende.
- ¿Depende? ¿Depende de qué?
- Depende de a donde me hayas traído.
Justin rió y me bajó poniéndome enfrente suyo lentamente, pude sentir sus manos envolviendo mi cuerpo, mi camisa se subió cuando él me bajó de su espalda pero justo segundos después, sus manos fueron en la otra dirección. bajando mi camisa.
Luego subió su manos hasta mi pelo, colocándolo, sus dedos se deslizaron por mi rostro, hasta acabar en mis labios.
Yo no hice nada, ni me moví, solo me dediqué a mirar sus ojos que no dejaban de observar cada parte de mi rostro.
Su pulgar se deslizó por mi labio, justo cuando se abrió la puerta, yo me di la vuelta y Justin pasó sus manos por mi cintura.
En la puerta había una mujer, de unos treinta y algo años, rubia, con los ojos marrones y muy muy guapa, esta nos vió y sonrió a Justin que estaba por encima de mi hombro, yo fruncí el ceño.
- ¡Hola! ¡están aquí! ¡Qué alegría! ¡Verás lo contenta que se pone Alex cuando os vea - murmuró la mujer, y yo miré a Justin.
¿Qué era lo que me había perdido? Porque no entendía nada.
- Pasen pasen, ellas está en el salón - murmuró la mujer abriendo la puerta, yo dudé sin entrar, por lo que Justin se posicionó delante de mí y cogió mi mano, yo iba a apartársela, pero estaba demasiada abrumada para hacerlo.
Justin se dirigió despacio hasta el salón, no sabía donde demonios estábamos y quien era esa tal Alex.
¿Me habría traído Justin a la casa de su amante? 
Borré esa idea de mi mente mientras veía a una joven chica sentada en el sofá, con una niña en brazos.
Oh dios mío, Justin había embarazado a alguien en mi ausencia - pensé mientras cerraba los ojos y apretaba la mano de Justin.
Él se dio la vuelta y miró mi rostro, segundos después sonrió.
- Hay alguien que quiere conocerte - susurró en mi oído, entonces la chica que estaba en el sofá levantó su cabeza y la reconocí. Se me paró el corazón por un momento.


*Flash Back*


-Muchas gracias, de verdad-musité y le dediqué la mejor de mis sonrisas, este me la devolvió y salí de allí, los hospitales me daban algo de grima, y me disgustaba estar allí.
Busqué a Justin que estaba en la sala de maternidad mientras hablaba con una madre, o la que sería madre dentro de poco porque.. ¡que barriga tenía! lo que mas me sorprendió es que esa madre, no tendría mucho mas que 17 años.
Me acerqué lentamente, pero ellos aún no podían verme.
A juzgar por su sonrisa, ella era fan de Justin.
Este la miraba y miraba su gran barriga, extendió una mano como con duda, y esa chica asintió con una sonrisa, entonces Justin extendió su mano del todo, hasta tocar la barriga de esa chica, hasta tocar a su bebé a través de su piel.
Yo me apoyé en la puerta mirando esa preciosa escena.
La madre tenía una sonrisa en su rostro, como si estuviera muy orgullosa de su bebé, y de que él antes de nacer, ya había hecho algo increíble: Había conocido a Justin Bieber.
Miré de nuevo el rostro de la chica, que parecía que iba a ponerse a llorar en menos de un minuto, entonces Justin giró su cabeza y me vió apoyada en la puerta, me sonrió.
-¡Eh Naira! acércate-musitó Justin mientras me miraba y acariciaba la barriga de esa joven, la chica siguió la mirada de Justin hasta que me miró, primero abrió los ojos, y luego otra sonrisa se extendió por mi rostro, bueno.. por lo menos no me odiaba- pensé, pero, ¿como me iba a odiar? si estaba embarazada, se supone que habría un padre ¿no?
Sacudí mi cabeza y me acerqué a ellos lentamente.
Justin elevó la vista para mirarme y pude ver ilusión en sus ojos.
Y yo mientras miraba a esa chica, me imaginaba a mí, no embarazada.. ¡embarazadisima! y con Justin así de ilusionado.
-Ven.. ¡mira esto!-exclamó y cogió mi mano, yo me agaché y posé mi mano en la barriga de la chica, entonces Justin comenzó a cantar, y noté como ese ser que yacía ahí dentro se movía.
-¡Le gustas!-exclamó esa chica y rió, yo reí también.


*Fin del Flash Back*


Algo me sacó de mis pensamientos y fue la voz de esa chica, que me devolvió a la realidad, yo abrí mi boca por la sorpresa.
- La pequeña Naira quiere conocerte.

· Capítulo {130} : Eres mía

Capítulo {3} maratón.
_______________________-
Cuando se acercó a el fotógrafo y el le indicó lo que tenía que hacer, ella respondió con una sonrisa, acercándose a el modelo.
Yo contuve la respiración cuando este cogió una de sus manos, guiándola hacia donde tenía que ir, esta le dedicó una sonrisa de agradecimiento mientras escuchaba las indicaciones.
Me apoyé en la pared mientras la veía posar, con ese chico, todo iba mas o menos bien, hasta que el fotógrafo les dijo que se acercaran un poco más, el chico que estaba detrás de Naira, se acercó a ella, siguiendo las indicaciones, entonces el fotógrafo dijo algo que me hizo hervir en el asiento "apártale el pelo del cuello despacio, bien, ahora acércate a ella lentamente, y tu
Naira, no dejes de mirar a la cámara" murmuró mientras movía las manos, ella cogió aire y miró a la cámara, luego me dirigió una mirada y sonrió para solo un segundo después mirar a la cámara, escuché los halagos que el fotógrafo les daba.
Estuve mirándolos todo el tiempo, mientras veía que cada vez se llevaban mejor, ¡ella se lo estaba pasando realmente bien!
Pensaba que solo por eso, ya iba a poder aguantar allí dentro, porque si ella estuviera incómoda, yo mismo cancelaría esa sección, y realmente... tenía ganas de cancelarla igualmente.
El fotógrafo indicó que pasara sus manos por el cuello de ese chico y que lo mirara a los ojos, cuando lo hizo, el chico le dedicó una sonrisa y allí fue cuando supe que tenía que entrar en acción.
Me levanté de la silla sin apartar mi mirada de ellos y Dan me miró con una sonrisa, ¡A mi no me hacía ninguna gracia!
Me di la vuelta y comencé a caminar hacia la recepción.
- Eh, ¿a donde vas? - preguntó Dan, yo no le contesté y seguí caminando, sabiendo que no iba a tardar mucho en seguirme.
Llegué hasta allí y la secretaria me miró con una sonrisa, puesto que yo ya había ido muchas veces a esa revista y la conocía.
Suspiré y me centré en esa chica, tenía que sacar mis dotes de ligue para que me hiciera un gran favor... no sería difícil.
- Hola preciosa, nunca me canso de venir por aquí y verte - murmuré acercándome, ella sonrió felizmente y se sonrojó.
- Hola Bieber, ¿Qué tal la sección de Naira? - preguntó intentando ser amable, yo le sonreí sensualmente y me incliné hacia ella, esta parpadeó un par de veces y me miró a los labios.
- Bien, pero necesito un favor ... ¿harías algo por mí? - pregunté mientras pasaba una mano por mi nuca, ella me miró.
- Di.. dígame - tartamudeó y yo mordí mi labio y me acerqué.
- No es mucho, solo necesito que me digas donde esta la responsable de esta revista, quiero proponerle algo..
No creo que se niegue a hablar conmigo, nos llevábamos muy bien, la última vez que vine, ¿te acuerdas? - pregunté acercándome un poco más y tocando su pelo, ella suspiró.
- Sí, ella está.. justo ahí, si quieres puedo decirle que quieres hablar con ella - murmuró y yo sonreí y alejé mi mano de ella.
- Sabía que me harías ese favor, muchas gracias, preciosa - murmuré y le piqué el ojo, ¡nunca fallaba! ella sonrió y cogió el teléfono para indicarle que tenía una visita, asintió un par de veces mientras jugaba con un mechón de su pelo, yo sonreí cuando esta colgó el teléfono y se acercó a mí, mas coqueta aún.
- Está encantada de verte, pasa por esa puerta y la encontrarás - murmuró señalando una puerta, yo seguí con la mirada su mano y luego se la cogí para besarla, ella soltó una risita.
- Gracias de nuevo linda - musité mientras soltaba su mano y me alejaba de la secretaria, la escuché suspirar y sonreí, ¡como me gustaba el poder que tenía sobre las chicas!
Miré a mi alrededor y ví a Dan justo a mi lado, con cara de enfadado, yo lo miré antes de tocar en la puerta indicada.
- ¿Qué ha sido eso? ¿Y qué haces tocando a esa puerta? - preguntó mientras se acercaba a mí, yo me encogí de hombros y esa puerta se abrió, sin darme tiempo a contestarle.
De ella salió la mujer encargada de la revista, una señora de unos 40 y largos, pero se conservaba muy bien.
Me miró y sonrió invitandome a pasar, y así lo hice, y Dan lo hizo justo detrás mío, ella lo miró y luego me miró a mí.
- No se preocupe, es mi co- director musical y guitarrista.. - murmuré y ella frunció el ceño y Dan se dispuso a hablar pero lo interrumpí - Bueno, ¡cuanto tiempo sin verte!
- La verdad es que sí, me acordé mucho de tí cuando le propuse a Naira que posara para mi revista. ¿Qué te trae por aquí?
- Bueno, en realidad venía a hacerte una propuesta - murmuré y la miré sonriente, Dan permaneció a mi lado sin decir nada.
- ¡Cuéntamela!
- Querría ser el próximo modelo para posar con Naira - murmuré mirándola a los ojos, esta se sorprendió un poco.
- ¿¡Qué?! - preguntó Dan, pero yo volví a interrumpirlo.
- Creo que sería buena idea, nadie se va a esperar algo así, aunque bueno, si quiere luego puede poner las fotos que ahora mismo se está sacando con ese joven, solo quiero pasar un buen rato con ella... y bueno, por supuesto sería un bombazo para su revista, pero... si no quiere hacerlo, lo entiendo - murmuré y la miré, parecía estar pensándoselo - Siento haberla molestado, seguro que estaba muy ocupada - murmuré dandome la vuelta y dirigiéndome hacia la puerta.
- Creo que será buena idea - murmuró lo que me hizo permanecer en mi sitio y sonreír, me encanta ser Justin Bieber.
(Narra Naira)

Ya quedaba poco para terminar esta sección y cambiarnos de ropa, ¡¿En qué demonios estaba pensando Dan en concederme esta sección de fotos?! Ya lo llevaba bien, hasta me gustó.
Pero realmente al principio es un poco incómodo.
Suspiré y seguí las indicaciones que el fotógrafo me indicaba.
- ¿Te lo estás pasando bien? - preguntó el modelo mientras cogía mi mano y seguía las indicaciones, yo le miré.
- ¿Qué? - pregunté y el sonrió.
- Qué si te lo pasas bien.
- Oh sí, es el mejor día de mi vida - murmuré y él sonrió, el fotógrafo dijo algo y permaneció quieto mirándome a los ojos.
Relajó su intensa mirada cuando vi el flash, luego sonrió.
- Bueno, yo podría decir que este es uno de los mejores - murmuró y me giró para acabar justo detrás de mí, yo carraspeé e intenté concentrarme en lo que el fotógrafo nos decía.
- ¿Por qué? - pregunté mientras sentía sus manos en mi cintura, este rió entre dientes y volvió a mirar a la cámara. Flash.
- No todo los días se posa con alguien tan guapa como tú - murmuró y yo hice una mueca y me eché a reír.
- Si ya, y eso me lo dices tú a mí - murmuré y él rió de nuevo - Eres tú el modelo, no yo.
- Podrías serlo - murmuró esta vez y se separó de mí.
Miré a mi alrededor y pude observar que Justin había desaparecido, suspiré y me centré en lo que estaba haciendo.
Se notaba que el modelo tenía mucha experiencia a pesar de ser tan joven, porque me guiaba en lo que tenía que hacer.
Faltaban solo unas cuántas fotos para terminar esta parte.
Sentí el flash unas cuántas veces mas en mi rostro y supuse que se había acabado, porque la maquilladora me guió hasta el probador, donde tenía que ponerme el próximo modelito.
Me lo puse rápido, esperando no despeinarme demasiado.
Y la maquilladora me retocó de nuevo un poco.
- Lista - murmuró y me dio una palpadita en la espalda, yo le sonreí, me acerqué al fotógrafo para ver alguna que otra foto.
Él me sonrió y me enseñó algunas, era muy buenas.
Me enseñó una y la miré atentamente, y de repente escuché algunas voces provenientes de los probadores.
Vino una mujer a hablar con el fotógrafo, el cual me dejó mirando las fotos en el pequeño ordenador, y fue a hablar con aquella mujer, yo miré las fotos y sonreí ¡era realmente buenas!
Entonces levanté la vista, y supe que no debería de haberlo echo.
Parecía como si un dios griego hubiera aparecido en la habitación, porque todos se giraron a mirarle, incluida yo.
Justin caminaba hablando con Dan y con una sonrisa en su boca, una maquilladora se paró enfrente de él y le retocó.
El fotógrafo se acercó a mi de nuevo, y yo lo miré.
- Parece que ha habido un cambio de planes, ¡no sabía que estaba programado que posaras con Justin Bieber! - exclamó cogiéndo su cámara, yo abrí mis ojos mientras lo miraba.
- ¡¿Qué voy a hacer qué?! - pregunté mientras Justin ya estaba lo bastante cerca de mí, yo lo miré y él me sonrió sensualmente.
- Vamos, no tenemos mucho tiempo - musitó el fotógrafo guiando a Justin hacia donde se tenía que colocar y luego me miró.
Yo caminé hacia él y miré al fotógrafo, puesto que no tenía ni idea de lo que tenía que hacer, Justin tenía mucha mas experiencia que yo en esto, por lo que pasó una mano por mi brazo, acariciándola, yo lo miré a los ojos y dejé de escuchar y sentir nada mas que no fueran sus manos tocándome.
- Mírala justo así y tú Naira mírame a mí, mira hacia la cámara - murmuró, yo cogí aire para poder separar mi mirada de la suya.
Miré al fotógrafo y este sonrió. Flash.
- Bien, ahora quiero que se miren y se toquen como si se necesitaran ... - yo bufé y Justin sonrió mientras me miraba.
- Eso no será difícil - murmuró pasando sus manos por las mías, yo lo miré y sacudí mi cabeza, ¡socorro! pensaba que el corazón se me iba a sacar del pecho cuando escuché "acércate mas a ella, pasa tu mano por su cintura, y mírala a los ojos" Ni si quiera había terminado la frase cuando me encontraba junto a él.
Sentí sus dedos acariciandome la espalda. Flash.
Lo miré a los ojos y dejé de hacerme la abrumada.
- ¿A quién has sobornado para estar aquí? - pregunté en voz baja, ya que estaba lo bastante cerca para escucharme perfectamente.
Él se rió y negó con la cabeza mientras me miraba.
- Bien, ahora Justin mira a la cámara, Naira, pasa tus manos por su cuello - lo hice y el apartó su mirada de la mía. Flash.
- No me ha hecho falta sobornar a nadie, tengo mis contactos, si Justin Bieber dice que quiere posar en una sección fotográfica con su novia, lo hace - susurró y apartó un mechón de mi pelo.
Yo abrí los ojos haciéndome la sorprendida y lo miré.
- ¿Donde está tu novia? No la veo por ninguna parte - murmuré y me separé de él, este sonrió y miró al fotógrafo.
- Justin, siéntate allí, y tú Naira acércate a él por detrás, pasa una de tus manos por su pelo y con la otra abrázale el torso, dejándola a la altura del pecho - yo lo hice - así, ahora mira a la cámara y tú Justin pasa tu mano por su pelo .. - Justin lo hizo, y yo suspiré antes de mirar a la cámara. Flash.
- Puedes decir todas las veces que quieras que no eres mía, pero solo hace falta que te toque, para que sepas que es así - murmuró Justin mientras me miraba y enredaba un mechón de mi pelo en su dedo, yo lo miré a los ojos. Flash.

· Capítulo {129} : ¿Con qué te refieres a muy movida?

Capítulo {2} maratón.
________________________-
(Narra Naira)
Cerré la puerta tras mis espaldas y suspiré.
Esto no iba a ser fácil, no iba a ser nada fácil.
Aún podía sentir sus labios sobre los míos, y aunque mi subconsciente dijera que no estaba bien, lo único que deseaba era derretirme en sus labios, permanecer allí todo el día.
Miré a mi alrededor de nuevo y vi que me había quedado parada en medio de la habitación, abrí el armario y cogí rápidamente la ropa que tenía asignada por Dakota para ponerme hoy.
Tenía una intrevista, y una sección de fotos, antes de la prueba de sonido y del concierto de esta noche, ¡Que día tan ajetreado!
Por no nombrar que tendría que aguantar los piropos de Justin todo el día... y la noche. No creo que pueda aguantar mucho.
Mientras me puse la ropa no pude parar de sonreír cada vez que me topaba con las pequeñas flores, ¡algún día tendría que quitarlas! No quería ni ver la cara de Luis cuando entrara.
Me miré al espejo y me solté el pelo, haciéndome algunas ondulaciones y retocandome el maquillaje que tendría hasta por la noche, me puse un poco de gloss en los labios y me perfumé.
Cogí mi móvil y lo metí en mi bolsillo antes de echarle un vistazo a toda la habitación llena de flores y suspirar de nuevo.
Abrí la puerta y vi a Justin justo al lado del ascensor, apoyado en la pared y mirando hacia el suelo, suspiré y lo observé un momento... estaba increíblemente sexy... ¡Y lo peor! ¡Lo peor era que el no intentaba serlo! El lo era realmente.
Suspiré de nuevo y el pareció percatarse de mi presencia, por lo que levantó la vista del suelo, siguiendo el camino que mis piernas hasta mi rostro, y cuando se encontró con él sonrió.
Yo me negué a engancharme a su sonrisa y cerré la puerta.
Me acerqué a el ascensor mientras sentía la mirada de Justin clavada en mi rostro, iba a llamar al ascensor, pero él lo hizo primero, aún así, no despegué la mirada de otro sitio que no fueran sus ojos, si lo miraba... podría no dejar de hacerlo.. jamás.
El ascensor llegó y el tendió una mano ofreciéndome a que entrara primero... así lo hice,pulsó el botón y me miró.
- ¿Puedo decirte algo? - preguntó con voz dulce, ignoré el suspiro que quería salir de mis labios solo por escuchar su voz.
- No.
- Me encanta ese perfume, es tan... huele tan a tí - susurró cogiendo un mechón de mi pelo entre sus manos - Sabes a lo que me recuerda Naira?
- No, pero tampoco quiero saberlo.
- Bueno, te lo diré igual. Me recuerda a... a cuando te quedabas a dormir en mi cama, y en mitad de la noche, cuando tenías frío, te acurrucabas a mi lado, poniendo tu cabeza en mi pecho, dejando que el aroma de tu pelo me llenase como nunca, no sabes como echaba de menos poder olerte... - susurró de nuevo acercando el mechón de mi pelo a su rostro, yo lo observé, deseando no haberlo echo, puesto que se acercó mas a mi, mientras deslizaba el mechón de mi pelo por su nariz, oliéndolo.
Cerró los ojos antes de dejarlo caer y separarse de mí.
Casi anhelé el momento en el que se acercara mas a mí y juntara sus labios con los míos de nuevo, aunque protestara.
Lo miré a los ojos hasta que sentí que el ascensor había llegado a su planta correspondiente, pero aún así, no podía despegar mi mirada de sus ojos, y él tampoco podía hacerlo.
Miré sus a través de sus ojos, recordando todas las noches que habíamos pasado juntos, tan solo acariciándonos, sintiéndonos el uno al otro, besando cada parte de mi rostro antes de dormir.
Sentí escalofríos, y una corriente eléctrica se deslizó por todo mi cuerpo desde los pies a la cabeza haciéndo estremecerme.
Alguien carraspeó lo que hizo que saliera de ese sueño.
Despegué mi mirada de los ojos de Justin y miré hacia fuera.
Una señora mayor nos miraba sin entender nada, sin entender que hacíamos parados en medio del ascensor mirándonos fijamente a los ojos, como si estos pudieran hablar en vez de nuestros labios... suspiré y volví a mirar a Justin, que no había separado su mirada de la mía ni un segundo, yo aparté la mirada esta vez aún mas rápido y caminé fuera del ascensor.
Justin pareció despertar cuando las puertas del ascensor iban a cerrarse de nuevo, hasta colocarse a mi lado.
- ¿Has sentido eso? - preguntó, yo ni si quiera giré mi cabeza a mirarlo, por lo que él se puso justo enfrente - Naira.
- No, no he sentido nada - murmuré y miré hacia delante, antes de encontrarme con sus ojos una vez más, este sonrió.
- Sí lo has sentido, al igual que yo - murmuró y acarició mi mejilla - deja de hacerte la dura conmigo, hermosa.
- Cállate y déjame ya - murmuré mientras lo empujaba por el pecho e intentaba moverlo, él soltó una carcajada.
Estuve apunto de sonreír cuando escuché su risa, pero algo me lo impidió, y era Dan caminando rápidamente hacia nosotros.
- ¡Naira! ¡¿Donde te metes?! ¡Queda media hora para la sección de fotos! - exclamó nervioso, yo miré a Justin acusándole.
- La he distraído un poco, pero ya íbamos hacía allá - murmuró este pasando su mano por mi hombro, yo puse los ojos en blanco - ¿Verdad Naira?
- En realidad preferiría ir contigo Dan - murmuré separándome de Justin, este soltó una carcajada y yo lo miré, frunciendo el ceño.
- Está bien, llévala tú, nos vemos luego, preciosa - murmuró mirándome a los ojos y besando mi mejilla rápidamente, sin darme tiempo a reaccionar, luego se separó de mi y me miró antes de salir por la puerta, yo hice una mueca extraña para no sonreír mientras este me miraba y se alejaba.
Cuando finalmente lo hizo, sonreí mirando en la puerta en la que había desaparecido, Dan se cruzó de brazos enfrente mía.
- ¿Qué? - pregunté mirándolo, él negó con la cabeza.
- ¡Tú aún le .. - le interrumpí antes de que pudiera acabar.
- ¿No era que llegábamos tarde? ¡vamos y deja de hablar!
_______________
( Narra Justin)
Llegué a esa agencia y supe que Naira aún no había llegado, me paseé por allí con Kenny justo a mi lado, observando el lugar.
No tenía ni idea para cuál revista iba a posar Naira, pero había gente bastante interesante por allí, recuerdo sus caras.
La recepcionista sonrió y miró justo detrás mía, yo me giré y vi a Naira llegar con Dan, hablaban de algo realmente gracioso, puesto que Naira no paraba de reír, la miré detenidamente.
Ella se encontró con mi mirada para intentar ocultar su sonrisa, pero en vez de eso lo que hizo fue sonreír... ¡ella me sonrió!
Casi escuchó fuegos artificiales en mi interior cuando me sonrió.
Y casi los vuelvo a escuchar cuando ella se paró a mi lado.
- Buenos días señorita, puede pasar por allí para maquillarla - murmuró esa mujer mirándo a Naira, ella le sonrió y asintió.
Naira caminó detrás de esa mujer y todos fuimos detrás de ella, pensaba que iba a ponerse nerviosa, y por eso entré.
Cuando entré a la sala, vi a un chico, ya maquillado y vestido.
Miré a Dan a los ojos y este me sonrió, ¡Ella iba a posar con un chico! Naira se despidió de nosotros mientras se la llevaban a maquillarla, yo me giré rápidamente hacia Dan y aquella mujer.
- ¿Va a posar con ese chico? - pregunté y Dan sonrió y asintió.
- Así es, y va a ser una sección muuuuuy movida - murmuró la señora, yo fruncí el ceño y dirigí una mirada de advertencia.
- ¿Con qué te refieres a muy movida? - pregunté entre dientes.
- Bueno - siguió la mujer - puedes ver lo guapo que es ese chico, y esta revista siempre los fotografía con alguna joven estrella, para así poder iniciar su carrera como modelo, bueno, ¡usted estuvo aquí señor Bieber, debería saber que tipos de fotos son! - murmuró la mujer antes de tocarme el hombro y alejarse.
- Como ese chico le toque un solo pelo a Naira, yo mismo me encargaré de que su carrera como modelo se acabé hoy mismo - murmuré mirando a ese chico con los ojos azules.
Dan sonrió y se acercó a un lugar a mis espaldas, me giré y observé a Naira, estaba preciosa. Bueno, siempre está preciosa.
Estaba impresionante. Tenía extensiones y su pelo lizo cayendo por sus hombros hasta caer por debajo de sus pechos.
Tenía los labios pintados de un rosa, que llamaba mucho la atención, realmente, quería besar sus labios ahora mismo.
Ella sonrió mientras le colocaban la ropa y luego se quedó sola, cuando esto sucedió me acerqué a ella, esta me miró risueña.
- Estás muy linda... - murmuré y ella sonrió, de nuevo los fuegos artificiales en todo mi interior, ella miró hacia abajo.
- Bueno Justin he estado pensando en algo... - susurró jugando con sus manos, ¡era tan hermosa! la miré atentamente.
- Cuéntame - susurré con un tono dulce, suspiró
- Bueno, estamos en un gira, entonces... vamos a pasar mucho tiempo juntos y no me gustaría...que estuviéramos... ya sabes, peleándonos - musitó tartamudeando, quería meterme con ella y decirle que no se pusiera nerviosa, pero no lo hice, sonreí.
- Siempre que estamos juntos eres tú la que pelea sola.
- Bueno ¡lo que sea! ¿hacemos una tregua entonces? - preguntó mientras se paraba en seco y me tendía su pequeña mano.
La miré atento, ¡no podía creer lo que estaba diciendo!
Me acerqué mas a ella y levanté mi mano también, ella sonrió.
Acerqué su mano a la mía pero cuando estas iban a hacer contacto las aparté, ella me miró fijamente y yo sonreí.
- ¿Qué pasa ahora?
- Con una condición - musité y se cruzó de brazos, ella puso los ojos en blanco y suspiró - de eso se trata, Nairita.
- ¿De qué hablas?
- Hablo de que seas amable conmigo, si lo fueras sería mucho mas fácil reconquistarte ¿sabes? - pregunté, ella me miró y abrió su boca para protestar, pero levanté un dedo y ella calló - Podré invitarte a cenar, sin que te pases toda la cena mirando al plato y contestándome a las preguntas con pesadez, pasaremos tiempo juntos sin que haya ninguna mala cara de por medio - murmuré mirándola y ella frunció sus labios de color rosa - ¿Me dejaras reconquistarte sin ninguna queja de por medio? ¿Sí o no?
- ¡No me puedes obligar a ser amable contigo!
- Bueno, pues no hay tregua entonces ... - murmuré encogiéndome de hombros, ella suspiró fuertemente - Venga princesita, ¿que te cuesta? - pregunté con una sonrisa brillante, ella miró hacia abajo, luchando por no sonreír- ¿Vez? - murmuré subiendo su mentón con mi mano, ella se apartó.
- Vale, venga, acepto - murmuró después de mirarme a los ojos solo un momento, sonreí de nuevo y tendí mi mano.
Pero cuando estas iban a hacer contacto de nuevo, la aparté.
- ¡¿Qué pasa ahora?! - exclamó y el frunció el ceño - Digo.. ¿Que pasa Justin? - preguntó con tono exageradamente dulce.
- Se me olvidó una condición muy importante.
- Dime - susurró con un hilo de voz, yo me acerqué.
- No pondrás resistencia cuando quiera besarte... - murmuré y cogí su mano rápidamente estrechándola con la mía, ella abrió sus ojos con fuerza y yo solté una carcajada.
- ¡Eso no vale Justin! - masculló intentando safarse de mi mano, me eché a reír con fuerza, y dejé de hacer resistencia.
- Era una broma - susurré esta vez y ella estrechó mi mano - se que no voy a tener ningún problema con eso, mi amor - susurré sensualmente y cogí su mano para acercarla a mi boca.
Ella cogió aire al sentir mis labios en su mano, observó como estos se posaban con cuidado en su mano, como si la pudieran romper,ella suspiró cuando me separé y sintió mi aliento.
Me mantuve unos segundos en esa posición, intentando memorizar el aroma de su dulce piel antes de separarme y acariciar su pequeña mano hasta soltarla,me miró a los ojos, y yo sentí unas tremendas ganas de besar sus prefectos labios.
Ella apartó su mirada de la mía y miró a su alrededor.
- Será mejor que me vaya, creo que me esperan - masculló.
- ¿Sabes una cosa? - pregunté mientras la miraba, ella sacudió su cabeza mientras tocaba un mechón de su pelo - acércate.
Ella me miró raro por un segundo pero luego se acercó.
- Acércate más, no voy a comerte si no me lo pides - murmuré y ella bufó antes de acercarse mucho más a mí, sintiendo su cuerpo rozar con el mío, su vientre chocar contra la cremallera de mi pantalón, esta me miró a los ojos y yo pasé una mano por su pelo, apartándolo de su oreja y dejándolo libre, ella se estremeció al sentir mi aliento en su oreja, sonreí - Me muero de ganas por besarte y si no tuvieras que ponerte ese pintalabios rosa de nuevo para hacer tu sección fotográfica, te besaría - susurré en su oído mientras rozaba mis labios en el lóbulo de su oreja, esta suspiró - Me encantaría probar tus labios de nuevo - susurré de nuevo y esta vez besé el hueco que hay entre su cuello y su oreja - Ahora ve, e intenta ser discreta con ese chico, no quiero que su carrera termine a los... ¿19 años? - pregunté y me separé de ella con lentitud, ella me miró intensamente, antes de sonreír y darse la vuelta, dejándome totalmente hipnotizado.

· Capítulo {128} : De aquí a China.

Empieza el Maratón girls.. espero que os guste.
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No despegué mis ojos de ese papel que sostenían mis manos en un buen rato, me olvidé de todo lo demás.
Me tomé mi tiempo para observar de nuevo la habitación y darme cuenta de que esto era real, de que esto estaba sucediendo.
Di un último vistazo, donde no había ninguna parte donde no hubiera una bella flor, cuando me di cuenta, había dado una vuelta en mi misma y me encontraba en el mismo sitio anterior.
Mi mirada se dirigió hacia el final de la habitación, donde Dan, aun sostenía la maleta y miraba todo con una expresión inescrutable, con los ojos como platos y parecía estar buscando una buena explicación para que la habitación estuviera llena de lindas flores amarillas, me miró de nuevo, esperando a que le explicara de que iba todo esto, pero... yo no dije nada.
No sabía que decir aunque no sabía si había algo que decir.
- ¿Qué es todo esto? - preguntó, sin apartar la vista de la habitación ni un segundo, yo abrí la boca para decir algo, pero lo único que salió de ella, fue un gemido de... ¿dolor? ¿ frustración? ambas cosas, anhelo, y muchos sentimientos revoloteaban por mi cuerpo sin permiso. ¡No quería sentir esas cosas!
Miré a Dan que me miraba, esperando, por lo que carraspeé y me obligué a mi misma a decir algo coherente y entendible.
Pensé miles de cosas que decirle, pero solo una salió de mi boca:
- Justin - murmuré y voz sonó algo ronca, el abrió tanto los ojos que pensé que se le iban a salir de sus órbitas.
- ¿Justin ha hecho esto? - preguntó y yo asentí, levemente - Vaya, que bonito - murmuró apollandose en la puerta, fruncí el ceño.
¿¡Que bonito?! Pues claro que lo era, por eso no me hacía gracia esta situación, puesto que no sabía como tenía que sentirme.
- ¿No es bonito Naira? - preguntó Dan y yo mordí mi labio.
¿Se habían puesto todos de acuerdo para hacerme sentir mal?
Mire de nuevo las flores e inhale su dulce olor una vez mas antes de darme la vuelta y enfrentarme a los ojos de Dan, que esperaban una buena respuesta.
Tragué saliva, antes de parecer totalmente indiferente frente a sus ojos, y dejé caer la carta de reconquista a un lado de mi cama. Me encogí de hombros mientras me acercaba para coger la maleta y meterla en la habitación, intenté hablar al mismo tiempo que hacía eso; así no se notaría lo que verdaderamente quería decirle.
- No está mal - mascullé intentando que no me temblara la voz - He visto cosas mejores ¿Sabes? - pregunté y el me miró fijamente supe que no entendía nada - Pero ¿que mas da? ahora si no te importa... me gustaría terminar de instalarme - mascullé antes de recostar la maleta en el suelo y mirarlo a los ojos.
Supe que aunque el estuviera extrañado de mi comportamiento, sabía que no era eso lo que quería decir, sabía que esto era lo mas bonito que alguien podría hacerme y me haría jamas.
Pero no iba a dejárselo ver, no iba a mostrarme débil.
- Naira sabes que Justin ... - su nombre me provocó escalofríos por todo el cuerpo, pero antes de que siguiera, le interrumpí.
- No me importa Dan, de verdad.
- Sabes que puedes ser sincera conmigo, ¿verdad?
- Lo estoy siendo - murmuré y seguí hablando antes que el comenzara con una de sus charlas magistrales - ¿puedo pedirte un favor? - pregunté mientras jugueteaba con mis manos, el asintió - No te vayas lejos, cuando termine de instalarme, me gustaría que sacasen este jardín de mi cuarto - murmuré y esta vez me di la vuelta, porque mi voz comenzó a temblar en unos segundos de lo cruel e indiferente que sonaban mis palabras.
- Esta bien, estaré por aquí cerca - murmuró antes de salir de la habitación y cerrar la puerta a sus espaldas.
Cuando lo hizo suspiré y me tiré literalmente a la cama, cerré los ojos e intenté que no me pareciera todo tan terrible y que este dolor, que tenía en mi pecho, no aumentara cuando volviera a abrir los ojos y encontrarme con mi jardín particular.
Me obligué a mi misma a contar hasta diez, quizás veinte, y a abrir los ojos para enfrentarme con la realidad, miré a mi alrededor.
Miré a mi derecha, flores.
Miré a mi izquierda, flores.
¡Mierda! ¿Porque tenía ganas de salir corriendo a buscarle? ¿Qué clase de persona deja un país para olvidar a el amor de su vida que le ha roto el corazón y vuelve para ser reconquistada?
Por que aunque deseara con todas mis fuerzas no sentirlo, lo sentía. Sentía el amor que la simple acción de llenar mi habitación de flores, me producía en todo mi cuerpo.
Sentía el amor, en mis manos, en mis pies, en cada respiración que daba y en cada pestañeo. Sentía cada trozo de mi corazón roto, latiendo con fuerza, como si quisiera salir de dentro.
Si esto fuera una película, y la protagonista fuera una dulce chica enamorada, con un corazón de oro y nada de rencor en su ser, saldría de esa habitación y buscaría a el amor de su vida, para abrazarle, besarle y decirle lo mucho que lo amaba.
Pero ni esto es una película, ni yo soy esa chica, por lo que mire a mi alrededor una vez mas, y una sonrisa dolorosa salio de mi boca, me senté en la cama y me quedé mirandolo todo.
No recuerdo cuando tiempo pasó, pero tocaron a la puerta y parpadeé varias veces, como si hubiera estado en otro mundo.
Me levanté de la cama y abrí la puerta.
Al otro lado se encontraba una chica de pelo corto y rubio, que me miraba con sus grandes y bonitos ojos claros; me sonrió.
- ¿Ya te has instalado? el señor Kanter me ha mandado aquí a recoger algo - murmuró mirando por encima de mi cabeza hacia la habitación, giré mi cabeza y miré de nuevo la habitación.
La mujer pasó una mano por la puerta, acto seguido de pedir permiso y entró en ella, dejando a Naira en la puerta.
A la muer rubia de ojos grandes se le quedo la misma cara que seguramente se me tendría que haber quedado a mí.
Si decir nada, se agachó y comenzó a coger las flores, pero antes de que ella lo hiciera, algo dentro de mi se encendió.
- ¡No! - mascullé y ella paró en seco mirándome, carraspeé - quiero decir, no quiero... no... ya lo hago yo.
- Oh, no es ninguna molestia para mí, linda - murmuró esa mujer volviéndose a agachar, yo cerré los ojos con fuerza.
- Pare por favor - murmuré con voz de súplica y ella se puso en pie, mirándome con ojos dulces - no quiero hacerlo.
- Pero señorita, el señor Kanter me dijo que .. - le interrumpí.
- Se que te lo dijo, porque yo le mande a que te lo dijera, pero he cambiado de opinión, así que si no le importa... - murmuré casi echándola y cerrando la puerta rápidamente a sus espaldas.
Naira se hizo la indiferente mientras se dirigía al baño, con mucho cuidado de no pisar ninguna linda flor que se encontraba esparcida por el suelo de esa habitación.
¿Para que trataba de engañarse? eso no iba a recogerlo ella, pero nadie iba a hacerlo; no aún. Ella quería que estuvieran ahí.
(Narra Justin)
Me dejé caer en la cama una vez mas, esperando que alguien me sacara de esta habitación y me diera buenas noticias.
Miré al techo antes de cerrar los ojos y pensar en su rostro.
Su siete sonrisas, y que todas y cada una de ellas eran diferentes y especiales a su manera; toda ella era especial.
Suspiré al sentir unas manos acaricíandome el cuello, cogí aire y lo deje allí, puesto que no había escuchado ni la puerta.
Cerré aún mas los ojos, si esto era una sueño, no quería despertar. Sus manos siguieron acariciándome, entrelazando sus dedos en mis cabellos, como ella amaba hacerlo, y yo amaba que ella lo hiciera... se sentía tan bien... lo añoraba tanto.
Sentí sus manos esta vez bajar por mi espalda, como cuando yo la acariciaba a ella, con la yema de mis dedos, paseando por su espalda desnuda cuando la había tenido entre mis brazos.
Abrí mis ojos de golpe al escuchar la puerta sonar.
Me senté en la cama y miré hacia al rededor.
Sacudí mi cabeza al darme cuenta de que ya me estaba volviendo completamente loco y soñaba despierto con ella.
Abrí la puerta y por ella entró Dan, con una sonrisa en su cara.
Yo cerré la puerta y me volví para mirarlo, el soltó una carcajada.
- ¡No sabía que estabas echo un romanticón! deberías haber visto la cara que se le quedó a Naira cuando... - le interrumpí.
- ¿La has visto? - pregunté frunciendo el ceño, el asintió.
- Estaba con ella, cuando abrió la puerta de su habitación y se encontró con un jardín botánico. Ahora dime, ¿De que peli has sacado eso? - preguntó Dan sentándose a mi lado, reí.
- Cállate y dime si le ha gustado.
- Bueno, no se si le ha gustado, pero parecía muy confundida cuando me mandó a que alguien lo recogiera, y parecía igual de confundida cuando la chica fue a limpiarlo y ella no lo permitió.
- ¿No lo permitió? - pregunté y este negó con la cabeza.
- No, y parecía muy decidida en que nadie iba a tocar su jardín - murmuró y se echó a reír con fuerza, yo no pude evitar sonreír.
- Pero yo no cantaría victoria muy rápido, en cuestión de segundos se ha puesto como una fiera - murmuró y yo sonreí.
A ella la habían gustado, miré a Dan y este frunció el ceño.
- ¿Donde está?
- No lo se, tenía ensayo ahora, así que supongo.. - le interrumpí.
- ¿Donde es que ella ensaya?
- Bueno, es en el estudio que está en la planta de abajo, ¿no lo recuerdas? te lo dije el día que cogimos este hotel - murmuró pero yo ya estaba dirigiéndome hacia la puerta - ¡Justin! - exclamó y yo me giré mientras colocaba mi chaqueta.
- Suerte amigo - exclamó y yo volví a sonreír.
- La voy a necesitar - susurré para mí mientras cerraba la puerta y me dirigía hacia la del ascensor, mi mayor hobbie.
Suspiré al mirar todo esto, intentaba no estar mal, quería que ella volviera a estar conmigo, debería ser positivo.
¿Pero como ser positivo? lo unico que deseo es que ella quiera estar conmigo tambien, que no me haya olvidado y que esto que estoy haciendo no le cause ningun daño, ninguno.
Suspiré de nuevo y cogí aire, soltandolo lentamente.
Pulse la primera planta, y como si de una película se tratara, este gesto me llevo a otro momento y a otro lugar.. con ella.
*Flash back*
Ella no paraba de reír y eso incluso me gustaba mas.
Pulsé su planta y la acerqué a mi de nuevo, acariciando su pelo y con sus preciosos ojos observándome, me sentí tan especial.
- ¿Sabes? - pregunté mientras miraba su preciosos ojos, ella sacudió su cabeza sonriendo - tengo una propuesta para ti.
- ¿Qué propuesta? -preguntó sonriéndome aún, yo bajé mis manos desde su pelo hasta su aún sonrojada mejilla, sus manos paseaban por mi espalda acariciándola, cogí aire.
- Que te parece sí... ¿por que no te vienes a vivir conmigo? -pregunté mirándola a los ojos, ella frunció su ceño pero aún con una sonrisa en su boca, eso me tranquilizó - no te alarmes, no quiero decir... nada de comprar piso,ni cortinas ni nada, solo hablo de que vengas a vivir a mi casa, conmigo.. con mi madre.
- Pero.. yo estoy bien aquí..- murmuró mirándome, yo suspiré.
- Pero yo quiero que esto cambie, no quiero...no quiero que sigas viviendo en un hotel Naira..- murmuré aún mirándola, el ascensor iba a llegar a su planta pero lo paré y segui hablando.
- ¿Y que tiene eso de malo? - preguntó mirándome.
- No te dicho que lo tenga pero.. ¿que tiene de malo venir conmigo? en mi casa estarás mas cómoda, podremos estar juntos y llegar tarde sin miedo de que los vecinos se quejen al dueño del hotel por la mañana.. - murmuré aún acariciándola.
- Bueno pero aquí podemos gritar más..-bromeó y se echó a reír, yo la miré y ella entendió que yo no bromeaba y paró de reírse.
- Estoy hablando enserio..- murmuré, ella bajó su mirada y yo suspiré mientras la miraba - vente... vente a vivir conmigo.
-Me estás pidiendo que me vaya contigo ahora porque quieres estar conmigo esta noche, pero..¿y cuando no quieras? o.. no sé simplemente se.. se acabe la magia.
- ¿De que magia me hablas? - le pregunté intentando no hacerle sentir mal, pero parecía cualquier escusa barata, ella suspiró.
- Pues, Justin, de la magia que hay entre nosotros, de dormir sola en mi cama y despertarme ilusionada por volver a verte por la mañana, de bajar y verte hablando con mi madre, hablo de besarte después de estar toda la noche sin ti, de esa magia hablo, o.. ¿ crees que quedará alguna magia cuando entre al baño y te vea lavándote los dientes? - preguntó, mirándome.
Algo me trajo de nuevo a la realidad cuando empecé a escuchar música, bueno... no cualquiera música, su linda canción.
Suspiré, intentando rencoponerme de los pensamientos que hacía unos segundos había tenido.
Era increíble todos los planes que habíamos echo juntos y que nunca terminamos de cumplir... ¡Justin! ¡los cumpliréis!
Suspiré y me obligué a mi mismo a pensar en algo que decir cuando entrara al lugar en el que ella estaba, pero al escuchar su risa, me paralicé. Se metió por todo mi cuerpo, desde la cabeza a los pies, pasando por todo su recorrido.
La puerta estaba entreabierta, así que la empujé un poco y pude verla, era... era total e increiblemente preciosa.
Estaba frente al espejo, mientras Natasha le decía los gestos que debía hacer, pero realmente solo se estaban riendo.
Naira comenzó a exagerar sus gestos, y a hacer el tonto, luego soltó una dulce carcajada que llegó a mis oídos.
Amaba ese sonido, y aún recordaba cuando yo lo causaba.
Me apoyé en la pared mientras por un lado de la puerta podía observarla, sus movimientos, sus gestos... toda ella.
No entendía lo que había hecho en la otra vida para merecerme a alguien como ella, para que alguien como ella, en algun momento de su vida haya querido compartir su amor conmigo.
Suponía que en mitad de mi otra vida, había sido una buena persona, y en la otra mitad, un demonio reercarnado, tendría que haberle roto el corazón a muchas chicas, o hacerle daño a mucha gente para que en esta vida, tuviera que perder a los mas importante que jamás había tenido; jamás.
Suspiré y realmente no se cuanto tiempo fue el que estuve allí, mirandola, sintiendola tan cerca despues de estar tanto tiempo sin verla, tuve que coger aire para no ponerme a llorar.
Su pelo había crecido considerablemente, pero supe que se lo había cortado, dandole una forma terriblemente hermosa.
No llevaba nada de maquillaje, pero su piel brillaba por si sola, aunque en realidad quizás fuera por su hermoza y blanca sonrisa, que no paraba de asomar por su boca de fresa; me alegré de eso, de que no parara de sonreír.
¿Tú también recuerdas cuando el que la hacía sonreír era yo?
Bufé y cuando vi se diriguían hacia la salida, volví a subir por el ascensor, hasta llegar a la puerta de su habitación.
Me paseé de un lado a otro del pasillo, esperando que esa puerta se abriera y apareciera ella, y cuando lo hizo, parecía que había pasado una eternidad.
Las puertas del ascensor se abrieron y de el salió la cosa mas bonita del mundo entero, ella.
Levantó la vista en cuanto suspiré... su expreción era inexcrutable.
Se paró en seco, observándome, sus ojos... sus preciosos ojos se clavaron en los míos, como si quisieran advertirme de lo que estaban sintiendo y que querían decirlo a gritos.
Sentí sus ojos acariciándome, y despues de unos segundos compartiendo miradas que solo ella y yo entendiamos; suspiró.
- Hola Naira - susurré ya que ella estaba bastante cerca, ella me miró a los ojos por última vez y se dispuso a abrir la puerta.
- Hola - susurró secamente mientras pasaba la tarjeta, pero en vez de abrir la puerta dio media vuelta con sus pies y me miró - ¿Necesitas algo? - preguntó mientras miraba hacia la puerta.
¿¡Que si necesitaba algo?! ¡estaba de broma!
- A tí - susurré y ella subió su mirada hasta mis ojos.
Por un momento pensé que se iba a tirar a mis brazos y a besarme como si no hubiera mañana, puesto que eso era lo que sus ojos me pedían, me lo pedían a gritos,pero su orgullo ganaba esta batalla.
- No sigas con eso, enserio.
- ¿Qué no siga? pero si acabo de empezar.
- Es que no quiero que lo hagas - masculló entre dientes.
- ¿Te gustaron las flores? - pregunté ignorándola, ella suspiró.
- No - murmuró y abrió la puerta, entró e iba a cerrarla pero puse un pie antes de que esto sucediera, ella suspiró fuerte.
-¿No fueron suficientes? toma - murmuré sacando la rosa de detrás de mi espalda, ella puso los ojos en blanco.
- No la quiero, tengo alergía.
- No, no tienes alergía.
- ¿No tienes nada que hacer?
- A parte de estar aquí, contigo, no - murmuré y eché un vistazo a a habitación, ella cerró la puerta de golpe y yo reí - curioso, no te gustaron, pero están las 100 flores en tu habitación - murmuré y ella salió de nuevo y cogió la rosa con una mano.
- Gracias, eres el chico mas romántico que jamas he conocido, me da tanta pena que pierdas el tiempo con una chica como yo.
No te preocupes, encontrarás una buena chica que te llene tu habitación de flores también, ¿como se dice...? tu alma gemela.
Estoy segura que tu tienes una de esas por ahí.
- Y tan seguro, la tengo delante, ¿Te hace ir a comer? - pregunté cogiendo un mechón de su pelo entre mis dedos, ella miró hacia abajo y apartó su cabello de mis dedos, yo sonreí.
- Ya he comido... adiós - murmuró pero yo la cogí del brazo, ella se paralizó y casi sin querer mis dedos acariciaron su brazo.
Sentí escalofríos por todo mi cuerpo, y ella tambien, porque se estremeció entre mis brazos, se giró de nuevo, pero sin apartar mi mano de su brazo, me miró a los ojos de nuevo de esa forma.
- ¿Lo sientes? somos energía Naira - murmuré bajando mi mano hasta la suya, deslizando la yema de mis dedos por todo el recorrido, ella mordió su labio con nerviosismo, asi que continué.
- ¿Energía? - preguntó en un susurro apartando su brazo de mi alcance, suspiré y la miré.
- Lo somos. Incluso cuando estabamos a miles de kilómetros te sentía aquí conmigo, y tu tambien lo hacías, tus ojos me lo dicen, como tambien me dicen que te encantaron las flores y que en estos momentos lo unico que estás deseando es juntar tus labios con los míos una vez más - susurré esta vez acercándome mas aun a ella, esta suspiró y negó levemente con la cabeza, me aparté - está bien, no voy a presionarte, te esperaré.
- No, no quiero que me esperes, ni ahora, ni después, nunca, ¿entiendes? lo nuestro se acabó, ¡y hace tiempo además! deja de intentar reconquistarme porque no lo vas a conseguir, no quiero saber nada de tí ¿vale? - murmuró mirándome, yo me apoyé en la puerta y miré mis manos hasta que terminara.
- ¿Ya has terminado?
- ¡No te burles de mí! - exclamó, yo me reí entre dientes - no me hace gracia Justin, enserio, eres un estú..- la miré a los ojos antes de juntar mis labios con los suyos para que se callara.
Ella puso sus manos en mi pecho y me apartó, gracias a mis reflejos paré la mano que justo iba a darme en la mejilla.
La miré a los ojos y llevé su mano a mi boca, depositando un beso en la palma de su mano, luego la dejé caer.
- Nada de lo que digas va a hacerme cambiar de opinión, así que yo que tú no me molestaría en intentarlo, eso primero - susurré ya que la tenía bastante cerca - y lo segundo, te espero abajo en 10 minutos, no es ninguna cita, solo tenemos trabajo que hacer, pero bueno, ya tendremos tiempo para la cita en otro momento - susurré y me acerqué de nuevo para darle un fugaz beso en sus labios, esta vez ni puso resistencia, me alejé de ella lentamente, ella se quedó mirándome unos segundos, y esta vez lo único que pude ver en su mirada era amor.. bueno... amor un poco transformado en odio, ya que sus ojos echaban humo, pero al fin y al cabo era amor ¿no? - No me hagas esperarte, preciosa - murmuré y ella pareció reaccionar, porque entró en la habitación y dio un portazo que tuvo que sonar hasta en China, sonreí.