lunes, 13 de agosto de 2012

Capítulo {137}: "Segunda parte" : ¿Cómo estuvimos anoche?


|| Narra Justin ||
Reímos una vez más.
Teníamos que mantener la mirada mientras cantábamos una estrofa de la canción, pero a ella se le escapaba la risa tonta.
Solo tenía que acercarme, acariciar su mejilla y mirarnos a los ojos mientras cantábamos. Pero parecía algo imposible.
Lo intentamos de nuevo y finalmente lo conseguimos.
Le sonreí satisfecho y busqué a Naira con la mirada, pero no la encontré. Ni por las gradas delanteras, ni las traseras.
Miré hacia todos lados pero ella no estaba allí.
Miré a Angela una vez más y ella se acercó para despedirse.
Habíamos acabado el ensayo.
Bajamos juntos del escenario y ella se perdió en el camino y yo sin ni si quiera saberlo, estaba intentando encontrar a Naira.
Llegué al backstage y eché una mirada rápida. Nada.
Dejé salir de mis labios un par de suspiros hasta que sentí unas manos en mi hombro y me giré rápidamente, y esperé ver su rostro. Esperé sentir sus manos rodeándome y sus labios llenando mi cuerpo de besos. Pero lo único que me encontré fue la cara de Scooter para comunicarme que tenía que prepararme.
Al parecer esta mañana la tenía llena de entrevistas, que ni si quiera sabía que tenía que hacer. Gruñí cuando llamé al telefóno de Naira y me dio desconectado. Intenté relajarme.
¿Donde podría haber ido? No podía estar muy lejos.
De echo, pensé que la vería a lo largo del día, pero no fue así.
Todo fueron aburridas entrevistas. Preguntas absurdas.
Muchas sonrisas. Unas falsas y otras no tanto.
Pasaron un par de horas. Ya íbamos camino a el recinto, para prepararnos y comenzar el concierto. Estaba emocionado.
Quería subirme al escenario y darlo todo.
Y de paso vería a Naira paseándose por el escenario, mostrando su hermosa voz al mundo. Y moviéndose al ritmo de la música.
Sin duda eso era lo que mas deseaba ver.
Todo empezó a cobrar forma, todo el mundo comenzó a correr de un lado a otro, excitados, emocionados como siempre que hacemos un concierto. Sonreí orgulloso.
Gente iba de aquí para allá, comprobando los micrófonos, comprobando que todo estaba en orden para empezar.
Empieza la cuenta atrás. Todos ya están en sus puestos.
Me deslizo entre los bastidores y la busco con la mirada.
Y está vez si que la encuentro. Y vaya si lo hago.
La observo por detrás. La estudio.
Observó primero sus torneadas piernas, que a pesar de que a ella le parecían demasiado cortas, yo podría perderme en ellas.
Seguí subiendo mi mirada por sus muslos, su trasero, su espalda y la curva que la separaba de su trasero. Dios.
¿Qué iba a decir? Siendo honestos, era la cosa mas bonita que nunca había visto jamás. Aunque para seguir siendo honestos.
Lo era para mí. Tal vez el amor tuviera algo que ver en esto.
Pero solo tal vez.
No lo aguanté más y me acerqué a ella, pegué mi boca a su cabello que olía a vainilla y bajé mi boca a su oído.
El hecho de que tuviera su pelo recogido a un lado, me facilitó el beso que deposité allí. Justo debajo de su oreja. Antes de subir.
- ¿Donde estabas? -besé su cuello - llevo todo el día buscándote.
Mis manos bajaron desde sus brazos hasta su vientre, abrazándola por detrás. Sentí como contuvo el aliento cuando besé su cuello. Por lo que me provocó hacerlo de nuevo.
Sentí que acariciaba mis manos, pero no fue así, las apartó.
Acto seguido se giró para mirarme y supe que algo no iba bien.
Me miró a los y me sonrió, mientras se separaba de mí.
- Pues si no me encontraste, es que no buscaste bien - hizo una pausa e humedeció sus labios antes de hablar, me miró de arriba a abajo. Y supuse que no me había visto antes.
Suspiró y subió su mirada hasta mis ojos, me acerqué a ella lentamente, aunque ahora no tuviéramos demasiado tiempo.
Sentí su piel arder bajo mis dedos cuando acaricié sus mejillas ligeramente sonrojadas. Una curva dio lugar en sus labios - Luego nos vemos, salgo en dos minutos - musitó.
Y lo hizo antes de mirarme y apartarse de mi una vez más.
Fruncí el ceño cuando intentó alejarse, pero cogí su brazo con dulzura, deteniendo su camino y pegándola a mi cuerpo.
- Eh - la obligué a mirarme - ¿Qué ha pasado?
- No ha pasado nada, ¿que va a pasar? - sonrió.
- Dime la verdad - casi le ordené mientras mis manos recorrían su cuerpo. ¿Es que acaso había decidido dejarme de nuevo?
Sentí sus manos acariciando las mías y mirándome a los ojos.
Me miró fijamente, durando unos cuántos segundos.
No sabría descifrar el rompecabezas que su mirada me trasmitía, pero de lo que si estaba seguro, es que algo había pasado.
- Tengo que irme, Justin - musitó con voz casi inaudible.
Fruncí el ceño cuando noté su tono frío, a pesar de la sonrisa que intentaba dibujar cuando mis manos paseaban por su cuerpo.
Esta vez no la atraje hacia mi cuerpo sino me interpuse en su camino. Ella dejó escapar un suspiro frustrado y me miró.
- ¿Me esperarás cuando terminé el concierto? - ella me miró a los ojos, sin hablar - ¿Cuando esto terminé me contarás que pasa?
Me miró a los ojos y supe que estaba apunto de decir algo, pero Dan se acercó a nosotros y cogió suavemente a Naira del brazo.
- Vamos, vamos, ¡es la hora! - exclamaba mientras la llevaba hacia la entrada al escenario. Ni si quiera miró a atrás antes hacer la cuenta atrás a su salida al escenario. ¿Qué es lo que había pasado en mi ausencia? ¿Qué era lo que de repente la había arrastrado lejos de mí? Gruñí frustrado y pasé la mano por mi cabello. Sin entenderlo. Hasta que Angela apareció en la sala.
Mis ojos la recorrieron y entonces lo entendí inmediatamente.
Ella era la razón de todos mis problemas.
Miré desde el backstage como Naira cantaba frente a millones de personas que gritaban emocionadas, con ganas de más.
La observé. Observé sus movimientos y sus gestos.
Observé la manera en la que sus caderas se movían al ritmo de la música y como su cabello acariciaba su dulce rostro.
Como los bailarines se acercaban para delinear su figura.
Tragué saliva cuando uno de ellos pasó sus manos por su cintura y una chispa de celos se encendió dentro de mí.
Eran celos. Los mismos celos que me comían por dentro, aún sabiendo que solo era una puesta en escena. Que realmente no la estaba tocando. Que yo si podría hacerlo cuando quisiera.
Y eran los mismos celos que ella sentía cuando estaba cerca de Angela. No solo porque nos toquetearamos a lo largo de la canción, si no porque, la canción que cantábamos había sido escrita por nosotros. Era algo especial para ella.
Y yo lo único que estaba haciendo era cantarla con otra chica.
Era un tremendo idiota.
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Dejé el escenario mientras sentía como varias gotitas de sudor caían por mi frente. Salí del escenario con una sonrisa.
Entré al backstage y todo el mundo comenzó a moverse como loco, recogiéndolo todo lo mas rápido posible, Carin y Scooter me esperaban allí fuera, junto a Angela y un par de personas más.
Busqué con la mirada a Naira, pero está claro que no estaba allí.
Scooter me sugirió que saliera ya del recinto y me dirigiera al hotel. Donde saldríamos mañana por la mañana temprano.
En cuánto llegamos al hotel me dirigí hacia su habitación.
Ni si quiera pensé en darme una ducha antes de visitarla.
Toqué varias veces en la puerta. Pero nadie contestó.
Ni a la primera, ni a la segunda, ni a la tercera.
Suspiré y me senté en el suelo, al lado de su puerta.
¿Es que ella no quería abrirme la puerta? ¿Ni si quiera quería mirarme a la cara y hablarme? Pasé un dedo por mis sienes.
Esperé. Y volví a esperar. No sé cuanto tiempo pasé allí.
Hasta que escuché unas voces provenientes de el ascensor.
Escuché su risa acompañada de otra mas grave y para cuando levanté la cabeza, tuve que relajarme antes de mirarla a ella.
Ni si quiera se hubiera percatado de mi, si Luis no hubiera parado de reír para mirarme a los ojos fijamente.
Me levanté despacio, observándola a ella mientras lo hacía.
Esta miró a Luis y luego se giró hacia el para despedirse.
Lo escuché darle las buenas noches y soporté que posara sus labios en una de sus mejillas. Ella le sonrió y asintió a algo que no logré a atender pese a la distancia. Luis desapareció por el ascensor de nuevo y Naira se giró hacía mí. Yo la imité.
- ¿Qué haces aquí? - preguntó, cuando llegó hasta mí.
- Esperándote. ¿Que hacías tú? - pregunté y pensé en auto golpearme, ese no es el camino el cuál debía llevar.
Ella alzó las cejas interrogante y continué - ¿No quieres hablar?
- No tengo nada que decirte. Me apetece mas dormir la verdad.
Suspiré una vez más por su frialdad y sentí como abría la puerta.
Como entraba en su habitación y se apoyaba en la puerta.
Sabía que era una invitación para que me marchara, pero no lo hice. Me acerqué a ella y paseé mis dedos por su suave mejilla.
La sentí suspirar ante las caricias que le otorgaba, la observé.
- ¿Tienes algún problema con que pasé la noche en tu cama? - pregunté casi en un susurro, supe que no se lo esperaba.
Subió su mirada hasta mirarme a los ojos y yo la miré. Interrogante.
Supe que estuvo debatiéndose por dejarme, o por cerrarme la puerta en las narices. Me acerqué mas a ella, y besé su frente suavemente, sentí que se estremeció bajo mis labios.
- Déjame quedarme contigo esta noche. Déjame demostrarte que eres la única a la que quiero a mi lado. Y que eres la única con la que me interesa compartir mi cama - susurré en su oído, la sentí estremecerse entre mis brazos cuando pasé una mano por su cintura y la empujé ligeramente hacia dentro de la habitación, quedando esta vez en el medio de la misma.
Cerré a la puerta a mis espaldas con mi pié, sin permitir que ni una parte de su cuerpo quedara separado del mío. Rocé mi nariz con la suya antes de que mis labios se perdieran entre los suyos.
Sonreí cuando la sentí relajarse y abrir sus labios para mí.
Deslicé mis manos entre las suyas y las subí hasta mi cuello, las sentí rígidas, sus manos no me acariciaban como lo hacían siempre, pero sin embargo, su lengua se hacía paso por mi boca, y la sentí estremecerse ante las caricias que le otorgaba.
- ¿Me vas a contar ahora lo que pasa? - susurré entre sus labios, ella no dijo nada, pero esta vez si se colgó en mi cuello.
Sonreí y no me lo pensé dos veces, me erguí y la cargue entre mis brazos, mientras la besaba. Ella sonrió y cuando llegamos a la cama y la dejé caer ligeramente, para luego ponerme encima.
Se acomodó debajo de mí y comenzó a juguetear con los cordones de mi suéter. Paseé mis manos por su rostro, apartando el pelo que se le había colado, y ella me sonrió - ¿Debería preocuparme? - susurré mirándola a los ojos.
Ella levantó su mirada hasta mis ojos y suspiró, negó con la cabeza rápido - Vamos dímelo - mis labios rozaron su mejilla, cada parte de su rostro hasta que se perdieron en su cuello.
En el cuál me di el lujo de perderme unos segundos, dejé un par de besos húmedos justo ahí, y luego debajo de su oreja.
Atrapé el lóbulo de su oreja entre mis labios, y ella suspiró.
- Yo... - tartamudeó cuando mi lengua se deslizó por su cuello.
- Naira, ¿has dudado en algún momento de que no me interesa otra chica que no seas tú? - subí mi mirada hasta sus ojos.
Sus dedos dejaron de acariciarme y me miró fijamente.
- ¿Debería? - su voz fue casi inaudible, la miré atentamente y supe que no pensaba realmente lo que había dicho, sacudió su cabeza - Puede que me haya puesto un poco celosa cuando te he visto hoy con Ángela, pero no puedo, no lo soporto. He estado viéndote, como te mira, como la miras, como cantan la canción que tu y yo compusimos, ¿como no voy a ponerme celosa? Lo veo y es como si viviera todos los momentos en los que no estaba aquí y en los que ustedes estaban juntos aquí y ... - comenzó a hablar de forma atropellada y sentí sus manos empujar mi pecho ligeramente para que me quitara de encima.
Me partió el corazón al ver que se sentaba en la cama y tapaba su rostro con sus manos, la sentí sollozar levemente.
- Eh princesa, ven aquí... - sentí como se tiraba a mis brazos, escondiendo su cabeza en mi pecho mientras lloraba.
La sentí desahogarse mientras acariciaba su espalda y le susurraba lo mucho que la quería. Besé su cabeza.
Se separó de mi para mirarme a los ojos, paseé mis dedos por debajo de sus ojos cristalinos y ella hizo una mueca - Eres la única para mi. Lo único que hice cuanto te fuiste fue extrañarte. Y contarle a todo el mundo lo mucho que lo hacía.
- Oh Justin... - la escuché sollozar de nuevo y se tiró a mis labios con fuerza y pasión, tanta que acabó encima de mí. Reí entre sus labios y ella paseo sus manos por todo mi cuerpo, acercándome hacia ella todo lo que podía, notando su corazón latir debajo de su ropa, paseé mis manos por su rostro, apartándole el pelo.
- Naira... - susurré y ella atacó mi cuello, besándolo, mordiéndolo, lamiéndolo.
- Por favor, por favor, me muero por sentirte Justin... - tragué saliva ente sus palabras y se me hizo imposible no ponerme duro cuando sentí sus manos esconderse dentro de mi camiseta, tocando la piel ya caliente de mi abdomen, sentí sus manos perdiéndose en mi pecho y volviendo a bajar hacia el inicio de mis pantalones, gruñí cuando sus manos nerviosas comenzaron a quitarme el cinturón. Mordió mi labio ligeramente.
En un movimiento rápido, la puse debajo de mí.
Gimió cuando la incité a abrir sus piernas para colocarme entre ellas, sus piernas se enredaron mi cadera, y me apretaron contra su feminidad, lo cual provocó una increíble fricción que me volvió loco, gruñí entre sus labios cuando repitió el movimiento.
Era increíble la manera en la que me calentó en unos segundos.
Pensé en resistirme, en mantener lo que había dicho hacía unas horas antes, pero me era imposible pensar con las manos de la chica que quería jugueteando entre mis pantalones.
Cuando me di cuenta mis manos ya se habían colado por su camiseta, que desapareció por algún lado de la habitación.
Con mis manos llegué hacia el pantalón de su pijama que bajé rápido, sin tan si quiera pensar en nada mas que en tenerla desnuda frente a mí, moviéndome dentro de ella sin cesar.
Me puse de rodillas en la cama mientras ella terminaba de desnudarse ante mí, yo hice lo mismo y ella rió entre mis labios mientras terminaba de quitarme los boxers apresuradamente.
Me puse encima de ella, con mis manos en cada parte de su cuerpo, evitando que todo mi peso cayera en su cuerpo.
Mis manos se deslizaron entre sus pechos y ella gimió en mi oído mientras cogía un condón y me lo colocaba.
Gruñí cuando sentí sus dedos acariciándome, acaricié su centro suavemente, y ella me enredó con sus suaves piernas.
- ¿Me quieres? - tartamudeó mientras sus dedos se hacían paso en mi miembro, dirigiéndolo hacia su entrada. Gemí.
- Mucho Naira. Dios mio - se arqueó hacia mí cuando entré en ella. Jadeó y mis labios se perdieron entre los suyos, callándola.
Cortó el beso para volver a gemir y me miró a los ojos, la analicé, y me dieron ganas de comermerla. Sus ojos, llenos de lujuria, de pasión, de amor, me embriagaron, me moví dentro de ella.
- Demuéstrame que tanto - movió sus caderas contra mí, y besó mis labios una vez más, callándonos mutuamente para evitar despertar a medio hotel con nuestros gemidos.
Me moví dentro de ella, una y otra y otra vez.
Mis manos se movían desesperadas por sentirla, por sentirla cerca de mí, a pesar de que no pasaba ni el aire entre nuestros cuerpos, besé su cuello mientras sentía como los músculos de Naira se contraían alrededor de mí, me moví de nuevo.
En unos segundos, un gemido desgarrador salió de sus labios y echó su cabeza hacia atrás, dejándome su cuello a mi merced.
Besé su barbilla, y estallé yo dentro de ella, segundos después.
Me quedé allí, dentro de ella, sintiéndola, amándola.
Esperando a que su respiración se calmase.
- Eh, ¿estás bien? - ella dejó caer su cabeza en la almohada y cerró sus ojos, yo salí de ella y volvió a gemir. La observé.
- Mmmm - musitó y cogió aire para después soltarlo.
- ¿Y eso que significa? - pregunté divertido, ella abrió los ojos, y una vez mas entendí, porque me había enamorado de ella.
Su mirada me hizo querer quedarme entre sus brazos siempre.
Me hice a un lado de la cama y tapé nuestros cuerpos con la sabana de su cama, me dejé caer en su pecho, y ella sonrió.
No dijo nada, ni yo tampoco, pero no hizo falta.
Porque sentí sus manos acariciándome, los latidos de su corazón justo debajo de mi cabeza, supe que quería que esos sonidos fueran los que determinaran mi camino.
Que sus manos fueran las que me acariciaran siempre.
Y ya no cabía ninguna duda, de que este era el momento de mi vida y Naira, era la mujer con la que quería compartirlo.
Y de repente todo se volvió negro, caí en los brazos de Morfeo.
|| Narra Naira ||
Sentí como la respiración de Justin se relajaba entre mis brazos.
Y yo tarde poco en acompañarle. Me dormí profundamente.
Cuando desperté, por la mañana, Justin aún estaba encima de mi cuerpo, me moví un poco y de repente se quitó de encima de mí y se puso boca abajo, y cuando eso sucedió, no pude evitarlo, mi mano voló hacia sus rostro, acariciándolo durante minutos incontables. Acariciando sus labios, sus mejillas, su nariz, la pequeña curva que le salía en el entrecejo cuando dormía.
Sentí sus brazo en mi cintura, atrayéndome a su cuerpo.
- Buenos días, preciosa - se estiró un poco y yo le sonreí - ¿Como amaneció la cosa mas bonita del mundo? - yo reí.
- No lo sé, ¿como amaneciste? - el rió y sacudió su cabeza para estrecharme entre sus brazos. Me dio un beso rápido.
- ¿Cuánto llevas despierta?
- No sé, quizás un cuarto de hora - sentí como abrió sus ojos.
- ¿Y que has echo en un cuarto de hora?
- Déjame pensar... - me hice la pensativa - Mirarte, acariciarte, ah y te he robado un par de besos, no he podido resistirme.
- ¡No me lo puedo creer! - se hizo el ofendido, reí -¿Y no me has despertado para devolvértelos? - se acercó a mi.
- Aún estas a tiempo - casi no me dio tiempo a decirlo, porque se había tirado literalmente en mis brazos, besándome.
- ¿Qué tal estuvo anoche? - preguntó en un susurro perezoso aún sin abrir los ojos. Reí sin poder evitarlo y el sonrió ligeramente.
- Perfecto ... - acaricié la curva de su labio, y el cogió mi mano para besarla - bueno, tu estuviste perfecto, yo no hice nada.
Abrió sus ojos para mirarme y alzó sus cejas, apoyó un brazo en la almohada y me miró atentamente, yo lo sonreí.
- Eres perfecta - susurró a centímetros de mí - Y me llena de orgullo y satisfacción saber que todo lo que sabes lo aprendiste conmigo - alcé las cejas y el rió sonoramente, me besó.
- Si ya, porque tú no - se acercó para besarme y sus manos se deslizaron entre las sábanas, reí cuando sus manos se perdieron entre mi vientre, haciéndome cosquillas.
Reí con fuerza mientras gritaba su nombre y cuando ya estaba diespuesta a tirarme encima de su cuerpo para exigirle mi sección de besos, ambos nos paramos en la cama cuando alguien tocó la puerta, y no suave precisamente.
Me puse la ropa interior rápidamente y me coloqué la camisa de Justin por encima, mientras me dirigía a abrir la puerta.
Sentí una palmadita en mi trasero de parte de Justin, le fulminé con la mirada mientras abría la puerta, la sonrisa se me congeló.
Cuando su mirada se deslizo entre mi cuerpo, supe que faltaba tela para taparme y que llevara la camiseta de Justin no ayudaba para nada, crucé las piernas, pero nada iba a mejorar el humor de mi visitante aunque me escondiera detrás de la puerta.

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