domingo, 7 de octubre de 2012

Capítulo 141 : el peor cumpleaños de mi vida.


|| Narra Naira ||
Estoy tan enfadada ahora mismo, ¿Cómo se ha podido olvidar de mi cumpleaños? No es que quisiera una fiesta por todo lo alto ni mucho menos… pero que se acordara tampoco estaría mal. Me siento en la cama, pensado deliradamente. A lo mejor no es cierto. Mi teléfono móvil vibra entre mis manos y lo miro rápidamente. Un mensaje de Justin.
Querida Naira,
Espero que se te haya pasado el enfado de esta mañana.
Cree que me gustaría haberme quedado en la cama contigo… mucho. Pero el deber me llama. He tenido que coger un avión urgente hacía Florida. Estaré de vuelta el lunes.
Te quiero mucho. Justin.
Tiro el móvil a la cama, y pongo las manos sobre mi cabeza. No solo no va a volver para mi cumpleaños, si no que no lo veré hasta el día siguiente del mismo. ¿Podría esto ponerse aún peor? Respiro profundamente y me tumbo en la cama. Intentado relajarme y pensar que todo va a ir bien. Me acurruco en el lado de Justin y mientras pongo mi cabeza en su almohada su olor inunda mis sentidos y se forma un nudo en mi garganta. Sonrió tristemente… Oh Justin, ¿porqué has tenido que olvidarlo? Pienso mientras lentamente caigo en los brazos de Morfeo.
Me despierta mi móvil vibrando en la cama, me frotó los ojos antes de estirar mi mano y cogerlo entre quejidos. Miro la hora, son las tres y media de la mañana y lo primero que me viene a la mente es que ya es mi cumpleaños. Y estoy aquí. Sola. Reprimo un sollozo que sale de mi garganta y pongo toda mi atención en la pantalla de mi teléfono.
Tengo once llamadas pérdidas de Justin y casi la misma cantidad de mensajes… me está llamando en este mismo instante. Me siento en la cama, mientras decido si cogerlo o no.
Oh, pues claro que no voy a hacerlo. Cuelgo y me acurruco de nuevo entre las sábanas de seda mientras pongo mi móvil en silencio. Un poco de sufrimiento no le hará daño. Me voy a mi bandeja de entrada y comienzo a leer los mensajes que me ha mandado.
El primero es a media noche.
“Parece que estás realmente enfadada si ni si quiera contestas a mis mensajes. No me tomara mucho tiempo el estar ahí. Podría mandar a alguien a recogerte si así lo deseas. Pero no me ignores… por favor.”
El otro es solo media hora mas tarde.
“Sé que hay un cambio de horario de Los Ángeles hasta Florida, ¿pero podrías por favor contestar a mis llamadas? De verdad necesito disculparme”
Y luego otro. Casi dos minutos más tarde.
“Cógeme el teléfono. Siento lo que ha pasado esta mañana. De verdad que lo siento. Naira me estoy volviendo loco. Contéstame por el amor de Dios o no se lo que seré capaz de hacer”
Oh, esto de verdad ha cambiado. Esta enfadado. Suelto un sollozo aún mas fuerte, el de verdad piensa que estoy enfadada con el por haberme rechazado esta mañana. El realmente todavía no se ha dado cuenta de que es mi maldito cumpleaños. Me acurruco aún más. Y mientras leo los mensajes me llega otra llamada, la cual rechazo y sigo leyendo. Y me llega otra. Y la vuelvo a rechazar. ¡Maldita sea!
“COGEME EL MALDITO TELÉFONO NAIRA”
Eso son mayúsculas gritonas. Él está realmente enfadado conmigo. Bien. Puede entender como me siento ahora mismo. Sacudo mi cabeza culpable. Sabiendo la rabia que yo sentiría si él no me cogiera el teléfono. Por esa misma razón dejó el móvil sobre la mesa de noche y cierro los ojos. Y en la oscuridad y soledad de mi habitación siento de verdad que esto tenga que ser así. Tan frío entre nosotros. Oh dios, te quiero tanto Justin.
La luz que entra por la ventana me da en plena cara. Con un quejido ruedo sobre la cama y me tapó la cabeza con las sábanas. Al hacerlo me doy cuenta de que la cama esta vacía y como un rallo de luz todo me viene a la cabeza. Justin. Mi cumpleaños. Vaya… mi cabeza va a explotar.
Me destapo la cabeza y mientras estiro la mano para coger mi teléfono aún con los ojos cerrados, palpo en la mesa de noche pero no lo encuentro por ningún lado. Lo busco entre las sábanas, pero tampoco. Exasperada me quedo quieta un momento. ¿Dónde demonios está mi teléfono? Me siento en la cama y cuando lo hago suelto un grito ahogado.
Justin está sentado justo enfrente de la cama. Mirándome fijamente, con mi teléfono móvil en su mano. Le echo un vistazo rápido. Oh dios mio. Va vestido como un ejecutivo sexy.
Con el traje y su corbata media desatada y los primeros botones de su camisa desabrochados. Aún tiene los zapatos puestos y su pelo revuelto solo lo hace parecer más sexy de lo que es.
Miro su rostro. Santo Dios. Él está realmente enfadado. Tengo que luchar contra las ganas de echarme a llorar como una adolescente ante su intensa mirada de enfado. ¡Crece Naira! Me dice mi diosa interna. La verdad es que, ya tengo un año más. ¿Qué debería hacer?
-Hola – digo en un susurro mientras me despojo de las sábanas. El mira mis movimientos mientras gira mi teléfono móvil entre sus dedos.
-Hola – dice con voz baja y ronca. Pero su rostro sigue sereno.
-¿Qué haces aquí? – preguntó torpemente. Por el amor de Dios. Relájate Naira. No es que me vaya a poner sobre sus rodillas o algo por el estilo. Trago saliva.
-De verdad no estabas contestándome y estaba preocupado por ti. Cuando llegué vi que habías estado leyendo algunos de los cientos de mensajes que te envié pero sin embargo no contestaste a ninguno de ellos. ¿Por qué Naira? – pregunta realmente enfadado y no sé si debería decírselo ahora. Sospecho que no tiene ni una vaga idea de porque estoy tan enfadada con él. Su voz se suaviza pero frunce el ceño – Pensé que estabas dejándome.
¿Qué? Jadeo en respuesta. ¿Yo dejándolo? ¿Olvidar mi cumpleaños es motivo suficiente para dejarle? Bueno… seguramente sí. La dura verdad es que no me atrevería a dejarlo ni aunque me hiciera todo el daño del mundo. Frunzo el ceño ante ese pensamiento. ¡Claro que lo harías!
-No era eso lo que hacía – murmuro y ni si quiera reconozco mi voz. La verdad es que a lo largo de todo este tiempo hemos tenido muchas peleas. Algunas de ellas muy fuertes. Tenemos un carácter similar, por lo que chocamos mucho. Siempre tenía y sabía lo que debía decir en cada una de nuestras peleas. Pero en este momento estoy realmente en blanco. Miró su rostro. Esta vez todo es diferente. Esta vez no estoy segura si vamos a besarnos en medio de nuestra discusión y hacer el amor como locos hasta olvidarnos del porqué estábamos discutiendo. No esta vez. Su rostro se suaviza y se estira hacía la cama. Mi corazón se acelera cuando extiende una mano para tocarme pero me arrastro hacia el lado opuesto. Su mirada se nubla y se queda quieto.
-Por el amor de Dios Naira. No me hagas esto – murmura pero es casi un jadeo. Muerdo mi labio y sacudo la cabeza mientras reprimo las lágrimas que amenazan por salir. – Lo siento mucho. No debería haberme ido sin avisar. De verdad que lo siento.
Muerdo mi labio aún más fuerte sin saber que decir. ¿¡Cómo puede pensar que estoy enfadada solo porque se ha ido a Florida sin avisarme?! Me levanto de la cama rápidamente e ignorándolo me dirijo a paso ligera hacia el cuarto de baño. Lo oigo seguirme a través del pasillo de nuestra gran casa. Suya. En realidad. Me dice mi subconsciente.
-Por favor Naira, detén esto. De verdad que me hace daño. ¿Por qué estás tan enfadada conmigo? Ya me he disculpado contigo. Por el amor de Dios. No seas así. Me duele tu indiferencia – murmura mientras me persigue, lo que me hace girar sobre mis talones y encararlo. Lo miro a los ojos y veo que está realmente perdido. No sabe que pensar ni que hacer conmigo. Muerdo mi labio mientras lucho con las ganas de no ponerme a llorar como una idiota. Cojo aire profundamente. Tú puedes hacerlo Naira.
-¿Quieres saber porque estoy tan enfadada contigo? No tiene nada que ver con que últimamente no tengas nada de tiempo para mí. Que siempre te vayas y digas que tienes algo urgente que hacer. A pesar de que así ha sido la mayoría del último año, sigo aquí. A pesar de que me prometiste que nada iba a cambiar si decidía seguirte en esto. Que estar conmigo siempre iba a ser tu prioridad. No tiene nada que ver con que no me hayas dicho de tu viaje de mierda a Florida. Ni de que me hayas dejado en la cama tirada después de calentarme. De verdad te he dado muchas oportunidades para que te des cuenta de lo que pasa, pero estás tan metido en tu mierda que ni si quiera te enteras de que hoy es mi maldito cumpleaños. Y he dormido sola, en una cama que solía ser nuestra. Y has estado llamándome toda la puñetera noche pensando que estaba enfadada por que me hayas dejado con ganas de follar cuando en realidad por lo único que estaba enfadada era porque no estabas durmiendo conmigo el día de mi maldito cumpleaños – Un sollozo sale descontroladamente de mi garganta. No te vengas ahora abajo me digo. Miro su rostro y nunca lo había visto así. Desconcertado. Realmente dolido. Auch. Mi corazón duele también, pero continúo – Por eso estoy tan enfadada contigo. Y si me permites, soy yo la que tengo algo urgente que hacer ahora.
Miro su rostro una vez más antes de correr hacia el baño y encerrarme dentro. Y pienso que realmente este es el peor cumpleaños que he tenido nunca. Me quitó la ropa y me meto rápidamente en la ducha, dejando que el agua se confunda con mis lágrimas. Oh, Justin, ¿Qué voy a hacer contigo?